La Red Granadina por el Refugio y la Acogida (RedGra) invita a la ciudad de Granada a participar en el acto del Día Mundial de las Personas Refugiadas. Es un día para recordar que el ser humano, desde su origen, se mueve de un lugar a otro para mejorar su vida, y, sobre todo, para exigir que los estados cumplan su deber de asilo y acogida a las personas refugiadas.

 

Es un día para denunciar la política restrictiva y cicatera en las fronteras, la falta de aplicación de la directiva europea de asilo para las personas refugiadas, la reiterada violación de los derechos humanos en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla. La Unión Europea, junto con el Gobierno de España, está generando una de las mayores tragedias de nuestro tiempo. España se comprometió en 2015 ante el Consejo Europeo, a acoger a 17337 refugiados en el plazo de dos años. A día de hoy sólo ha llegado el 7%. A este ritmo se tardaría 22 años en cumplir el compromiso adquirido.

 

 

Los ayuntamientos, los gobiernos autonómicos y los movimientos sociales, si bien pueden gestionar responsablemente la acogida de las personas refugiadas, pueden hacer poco para acelerar su llegada. El Gobierno de España es el principal responsable de la exasperante demora. No se entiende su apatía a la hora de poner en práctica medidas que mejoren las penosas condiciones en las que viven millones de personas. No se entiende su indiferencia ante las 1300 muertes que se han producido en el Mediterráneo, sólo en lo que va de año. No se entiende que, como ha hecho Italia, no se dote de más recursos a las oficinas de asilo y refugio. No se encuentra explicación alguna al desprecio de un drama de semejantes dimensiones en el gobierno de un país con poca xenofobia y que desea acoger a personas refugiadas.

 

En pleno siglo XXI cada vez son más las personas que huyen de conflictos armados, de la persecución por motivos étnicos, religiosos, sexuales. Vivimos la mayor crisis humanitaria de migrantes y refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Y vemos con enorme vergüenza que la gran solución que se les ocurre al Gobierno de España y a la Unión Europea es levantar muros cada vez más altos, desplegar patrulleras, instalar alambradas, cerrar fronteras y endurecer las políticas de asilo. 

 

¿Realmente creen los Gobiernos europeos que estas medidas disuaden del intento de huir a las personas que viven bajo las bombas? ¿Van a dejar de buscar un lugar seguro para sus hijos, donde puedan alimentarlos y criarlos en paz? Seamos sinceros, ¿qué haríamos cada uno de nosotros? ¿Nos quedaríamos quietos, esperando la siguiente explosión? Algún día tendremos que contar a las futuras generaciones que la indiferencia de la próspera Europa produjo miles de muertes en su territorio, y se nos caerá la cara de vergüenza.