Cuando en el año 1866 se inauguraba el tramo de ferrocarril Granada-Loja nadie podía vislumbrar que, 151 años después estaríamos muchos lojeños aquí luchando contra la demolición de este edificio. Hoy, hace siete días que una máquina echaba por tierra los recuerdos y vivencias de miles de vecinos lojeños. Echando  al suelo nuestra Estación de Tren de Loja, no sólo han echado al suelo un edificio histórico de más de 150 años de historia, sino que han demolido muchos recuerdos, experiencias y vivencias de nuestra ciudad. 

 

Tal y como recuerda el Cronista Oficial de la Ciudad de Loja, don José Arenas, "El bullicio de nuestra Estación de tren, los característicos vendedores de Roscos de Loja, los cantarillos de agua de Loja que pregonaban las mujeres, aportando un sueldo con el que ayudaban a su familia con la venta de estas mercancías" eran la esencia de una Estación llena de vida y en la que se centraba en gran medida el desarrollo de la Loja del siglo XIX.

 

"Tristezas y alegrías de los que partían y los que volvían a sus casas, soldados con permiso, y lo más triste de todo, ver familias enteras que con sus pesadas maletas de madera, incrementaban la emigración hacia tierras del Norte, con lágrimas en los ojos". Por lo tanto miles de historias vividas por muchos lojeños en esta NUESTRA ESTACIÓN. 

 

En estos días tan difíciles y duros para el sentimiento de la mayoría de lojeños, entre lágrimas se podían ver en la retina de muchos vecinos de esta histórica ciudad la tristeza, desolación e indignación por esta actuación tan innecesaria e injusta. Los lojeños nos hacemos varias preguntas: ¿por qué? ¿Por que se ha tenido que demoler nuestro pasado? ¿Por que no nos han dado ni la opción de defender nuestro patrimonio con uñas y dientes? ¿Por que no se ha informado de esta actuación tan aberrante para nuestra historia y nuestro patrimonio? Preguntas que, sin duda deben ser respondidas con claridad y a la mayor brevedad posible por parte de Adif y del Ministerio de Fomento, al que le exigimos que nos dé todas las explicaciones de algo tan grave como este hecho total y absolutamente reprobable, que nunca debió suceder.

 

Hoy, Loja grita con una sola voz y con la unidad que nos exigen nuestros vecinos, contra la demolición de nuestra vieja Estación de Tren. Gritamos a favor de que se respete a los lojeños y a esta ciudad. Loja merece un respeto por parte de todas las administraciones. 

 

Las lágrimas derramadas por muchos vecinos lojeños ya no se pueden remediar, como tampoco puede remediarse el tremendo daño ocasionado a nuestro patrimonio, a nuestra historia y, lo que es peor, a nuestro sentimiento colectivo e incluso personal o familiar, igual que ya no se puede evitar ni remediar que hoy estemos viendo esta demoledora imagen. Pero sí exigimos que el Ministerio de Fomento reconstruya piedra a piedra, ladrillo a ladrillo este edificio que tanta historia tiene y que tanto futuro podía haber tenido y debemos conseguir que tenga. 

 

El Ayuntamiento de Loja está estudiando las vías legales que podemos utilizar para defender a nuestra ciudad. Y la intención de este Ayuntamiento es llegar hasta el final en la defensa de los intereses generales de la Ciudad de Loja. Y este interés, el de defender a Loja esta por encima de cualquier otro interés partidista o de ningún gobierno.

 

Despedimos este manifiesto, reiterando las exigencias de explicaciones a más de 20.000 lojeños, que ni se callan, ni vamos a parar hasta que tengamos todas las explicaciones necesarias a esta actuación que condenamos con toda nuestra fuerza y energía. Además de exigir al Ministerio de Fomento que se restituya lo destrozado en pocos minutos, que se reconstruya nuestra Estación. Porque la Estación es de un pueblo que siempre luchará por su patrimonio como es Loja.