La realidad nos muestra múltiples caras, comprendidas según el estado emocional que la impresión traduce. Esta es la idea central que sustenta esta exposición, en las que se recoge el trabajo por la existencia, la perspectiva feliz de las horas cotidianas o la plenitud interior. Son tres impresiones, hábilmente conjuntadas, las contenidas en esta propuesta artística.

Es la obra de Pedro Jiménez un vital ejercicio de expresión plástica, en el cual el color ordena las formas, infiere vibración a la figura, describe el estado anímico del ambiente desenfadado, en el que se desarrolla el relato contenido en la pieza.

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 Obra de Pedro Jiménez.

Su trabajo posee una visualización ágil, fresca, alegre, centrada en la vida cotidiana, cuando la felicidad se encuentra en las acciones que en ella se desarrollan.

El pintor lo expresa con intensidad cromática, en una conjugación de estructura armoniosa, que por sí sola describe el momento intrascendente, la alegría de vivir. El color en su expansión caprichosa es quien describe el momento, siendo reflejo de su resplandor el pulso que da fuerza a la escena recogida en el lienzo.

Pedro Jiménez elabora una obra actual, desenvuelta, cuya preocupación, si así se le puede llamar, se centra en el color y las formas caprichosas que de su aplicación surgen.

Y es el misterio que encierra la impresión cromática, el motivo principal mostrado en las piezas de Nina, pintora de profunda visión estética, quien se introduce en el enigmático trasfondo del color, reflexionando sobre la fuerza de su impronta, las sensaciones que induce, la melodía contemplativa portada en sus tonalidades. Unas veces quiere elevar la intensidad de su ritmo, mediante composiciones densas, abigarradas, con pinceladas de paleta variada, en otras alcanza una sublimación la sencilla elegancia, en piezas de fondos suaves, acogedores, en las que la mancha depositada adquiere personalidad propia, estableciendo un entrelazamiento con sus escasas compañeras, para ofrecer armonía estética en su contemplación.

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Creación de Nina.

Como contrapunto, acompaña esta exposición las esculturas de Yamal Dim, elaboradas con sobriedad, de directa comprensión, trasladando la expresión bidimensional a todas las posibilidades del espacio, que abonadas por la luz cambiante originan un trabajo plástico de multiplicidad en sus significados, según sea el instante o el estado anímico del espectador. Su obra posee una impronta sencilla, directa, relatando la lucha por el sustento, en los azares de la existencia. 

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Escultura de Yamal Dim.

Excelente propuesta la mostrada por estos tres artistas.