Ayer volvimos a concentrarnos en Granada para exigir a la Unión Europea que deje de ser cómplice del genocidio y rompan relaciones diplomáticas con el régimen sionista de Tel Aviv. Hay que poner fin a las relaciones comerciales, y sobre todo militares, con el régimen de Netanyahu, que está cometiendo un crimen contra la humanidad. Asimismo, la ONU debería expulsar de su seno a ese régimen delincuente, que viola sistemáticamente el derecho internacional, utilizando el hambre como arma de exterminio. Por todo ello, hemos vuelto a gritar: "Israel asesino del pueblo palestino" y "Europa cómplice del genocidio en Gaza".

Los mejores discípulos de Hitler están hoy en Israel, planificando la "solución final" para la población gazatí, como los nazis hicieron hace 85 años con los judíos. Todos los días, asistimos a un goteo de crímenes en los puntos de reparto de alimentos, que se han convertido en trampas mortales para los gazatíes hambrientos. En los años 40, los nazis alemanes se planteaban cómo acabar con seis millones de judíos. En 2025, sus homólogos israelíes se plantean lo mismo, cómo exterminar a seis millones de palestinos: ahora, los dos millones de Gaza; después, los cuatro millones de Cisjordania. 

Desde Gaza siguen llegando imágenes de la hambruna en el Telediario de las tres de la tarde. Imágenes de cadáveres amortajados con sábanas blancas o madres con niños esqueléticos en brazos, que nos obligan a dejar de comer o apagar el televisor

Desde Gaza siguen llegando imágenes de la hambruna en el Telediario de las tres de la tarde. Imágenes de cadáveres amortajados con sábanas blancas o madres con niños esqueléticos en brazos, que nos obligan a dejar de comer o apagar el televisor. La hora de comer se convierte en una pesadilla. Más que insoportables, las imágenes son desgarradoras y nos provocan sensación de impotencia. Es horrible.

Y en Cisjordania, un colono acaba de asesinar a otro palestino. El motivo, haber colaborado en el documental "No other land", ganador de un Oscar, que denuncia el sistema de discriminación racial impuesto por el régimen sionista. Israel lleva 77 años matando impunemente a palestinos y no se cansa. ¿Hasta cuando? 

Una encuesta dice que la gran mayoría de los israelíes son indiferentes ante el sufrimiento de los niños gazatíes. Es decir, estamos ante un pueblo enfermo de fanatismo. Netanyahu ha adoctrinado a los israelíes, hasta el punto de que se han creído que ellos son el pueblo elegido y a los palestinos los tratan como "animales". Igual que Goebbels, ministro de propaganda del Tercer Reich, que manipuló a los alemanes y la inmensa mayoría también llegó a creerse que la raza Aria es superior.

Del holocausto judío al genocidio palestino

El programa 24 horas de TVE compara, con los campos de exterminio nazis, el brutal bloqueo, con el que Israel mata de hambre a dos millones de seres humanos. Ya lo dijo el Premio Nobel de Literatura José Saramago, cuando visitó Gaza: "Un sentimiento de impunidad caracteriza hoy al pueblo israelí y a su ejército. Se han convertido en rentistas del holocausto. Los judíos que fueron sacrificados en las cámaras de gas, se sentirían avergonzados si vieran cómo se está portando sus descendientes". Después de estas declaraciones, Israel acusó a Saramago de ser antisemita y organizó un boicot contra su obra literaria. Pero Saramago decía la verdad: ¿Cómo es posible que las víctimas del nazismo sean ahora los verdugos del pueblo palestino? 

En esta ocasión, no habrá un desembarco aliado, como el de Normandía en la Segunda Guerra Mundial, para poner fin al genocidio palestino. Esta vez, los aliados son cómplices del régimen nazi de Netanyahu. Para colmo, el genocida israelí niega que exista hambruna en Gaza, dice lo mismo que los grupos neonazis, cuando niegan el holocausto.

El único desembarco que intenta romper el bloqueo ilegal de Gaza es el de la Flotilla de la Libertad, pero Israel intercepta sus barcos en aguas internacionales y secuestra a sus tripulaciones, con ciudadanos europeos. Es decir un infame acto de piratería, que la Unión Europa no condena y sigue mirando para otro lado. 

La presidenta de la Comisión. Europea, Úrsula Von Der Leyen, se muestra insensible, impasible, imperturbable, ante los 100.000 niños, entre los que hay 40.000 bebés, que están a punto de morir de hambre. Le preocupa más la guerra de los aranceles, que el genocidio en Palestina. Von Der Leyen y Trump aparecen en las fotos estrechando sus manos ensangrentadas, pues ambos son destacados colaboradores de la masacre en Gaza. 

Lejos de sancionar a Israel, la Unión Europea sigue siendo el principal socio comercial del régimen sionista y Estados Unidos proporciona las bombas que la aviación hebrea arroja, de forma indiscriminada, sobre la población civil de Gaza. ¿Acaso Netanyahu piensa en rescatar a bombazos a los rehenes secuestrados por Hamás? Está claro que no le importan ni sus propios rehenes, más bien los utiliza como excusa para continuar con la matanza.

Francia ha anunciado, por fin, que en septiembre reconocerá al Estado de Palestina. Ya era hora, pues han tenido que masacrar a 60.000 gazatíes para que el país de la "libertad, igualdad y fraternidad" haga este reconocimiento político. Se une así a otros Estados, como España, Irlanda o Noruega. Y ya son 146 los Estados del mundo que reconocen el derecho de Palestina a existir.