Museos para Granada 2031: más allá del postureo
Hemos leído en los medios, en los últimos tiempos, ideas y propuestas sobre la pretendida capitalidad cultural de Granada para 2031, comentadas profusamente en los corrillos sociales, que la ven más como un objetivo político de apuntarse medallas, al estilo del Milenio de Granada, que como una oportunidad real para renacer de las cenizas, aprovechando las ascuas de la mucha y muy buena creatividad que campa libre, se busca la vida y además es valorada y reconocida más allá de los mares (de Motril para izquierda y derecha). Porque en Granada nace y se genera talento sin necesidad de etiquetas oficiales y podemos presumir de oferta en todos los campos del arte.
No suelo, en mi faceta política, acomodar mis manifestaciones a lo que “toca”, y así lo pienso hacer también con este asunto. Podemos afrontar la candidatura a la capitalidad cultural como un “postureo”, como una forma de aparentar que Granada sigue siendo un referente cultural de primer orden en Andalucía, y me temo que así será en general, o bien por el contrario, aprovecharla para impulsar un cambio radical en la (cada vez más pobre, aunque aún cuantiosa) oferta cultural de la ciudad, tanto si se consigue la capitalidad como si no. Es decir, apostar seriamente por la cultura en la ciudad, ser conscientes de que una oferta cultural de primer orden no se improvisa, que precisa decisión política, inversiones (públicas y privadas) y tiempo, pero que a la postre puede ser el revulsivo que la ciudad necesita para salir de la mediocridad en que está hundiéndose paulatinamente.
"Tener muchos museos no es un índice de calidad de la oferta cultural, salvo que esos museos se proyecten hacia el exterior"
Siento decirles que tener muchos museos no es un índice de calidad de la oferta cultural, salvo que esos museos se proyecten hacia el exterior. De hecho, hay ya muchos museos en Granada (hemos contado 38 espacios expositivos de mayor o menor envergadura) y realmente no hay ninguno que, hoy en día, sea capaz de proyectarse de esa manera. Salvo tres excepciones, se trata de museos de ámbito reducido por su temática y por el alcance de sus obras, con entidad exclusivamente local. No se necesitan más museos de este ámbito, sino espacios museísticos de relevancia cultural. Esto no significa grandes y aparatosas obras, sino aprovechar las oportunidades como ha hecho Málaga en el último decenio, aunque podamos disentir (y de hecho lo hacemos) del “modelo franquicia” por el que ha optado.
Los principales espacios museísticos de la ciudad (Arqueológico, Bellas Artes, Museo de la Alhambra, Museo Guerrero) se encuentran infra-potenciados. Por favor, que nadie se rasgue las vestiduras, que ya sé que esta opinión pica y por eso la voy a argumentar:
- El Arqueológico lleva unos cuantos años fuera de juego y ahora se ha abierto de forma tímida y sin capacidad económica para convertirse en un museo proyectable hacia el exterior (es decir, fuera del ámbito estrictamente local). Necesitaría un importante esfuerzo económico y museográfico para cambiar esa situación, y quienes lo gestionan así lo entienden también.
- El Museo de Bellas Artes lleva muchos años en discusión respecto a lo inadecuado de su ubicación, “enterrado” en la Alhambra (aunque paradójicamente esa ubicación eleva sus ratios de visitantes, por la gente que accede en espera de su hora de entrar a los palacios). Se han hecho múltiples propuestas y todas ellas han ido decayendo, básicamente porque nunca la Junta se ha planteado, con seriedad, la necesidad de revitalizar este Museo. Es cierto que, fuera de la Alhambra, el Museo precisaría de un evidente impulso museográfico y de gestión para poder atraer visitantes y convertirse en algo más que un museo local. Pero dispone de algunas obras (y podría disponer de más con una adecuada política de cesiones para exposición permanente) que podrían servir de base para ello.
- El Museo de la Alhambra, que aspiraba a ser el museo hispano-musulmán por excelencia, no ha acabado de despegar, posiblemente porque está excesivamente vinculado a la visita al monumento. No obstante su papel es difícil de desligar del mismo, porque así se concibió.
- El Museo Guerrero tiene la limitación de su objeto y contenido: Un pintor de indudable calidad y una obra interesante, pero desconocida. Está concebido como un museo de artista local para público local y visitantes específicamente interesados en el artista o su obra. Es difícil convertirlo en un espacio de proyección exterior, aunque puede verse impulsado por la mejora de la oferta museística en su conjunto. Tal vez con objetivos abiertos, vinculados al arte contemporáneo.
Aparte de estos Museos, hay muchos otros que no son competitivos como oferta cultural de primer orden para el exterior de la ciudad: El Museo de la Memoria de Andalucía se define a sí mismo como un lugar de encuentro donde el público puede acercarse al arte, la historia y los paisajes de Andalucía y que cuenta con una amplia programación: visitas guiadas, talleres, ciclos de cine, y demás actividades. Esto es ya indicativo de su carácter local-provincial. La Colección CajaGranada de pintura contiene obras de interés, pero no conforma (ni puede conformar) en sí misma una oferta del nivel requerido. Igual ocurre con la Casa de los Tiros, que no llega a ser realmente un Museo de la Ciudad, ni el objeto del mismo tiene interés fuera del ámbito local. Lo mismo puede concluirse del Museo de la Catedral. Se trata indudablemente de museos necesarios, pero locales, que generan escaso dinamismo cultural (y de turismo cultural, dicho sea de paso).
"Nos parece que no aporta nada a una capitalidad cultural la aparición de 6 o 7 nuevos museos de este tipo, de perfil bajo y ámbito localista, entre los que solo falta un Museo de la Malafollá Granaína"
En cuanto al Centro García Lorca, parece obvio que no ha nacido con la previsión de albergar el museo definitivo sobre la figura del poeta, desmembrado en diversos ámbitos físicos poco atractivos para el exterior. Un museo que podría tener sentido, sobre el personaje quizá más emblemático de la ciudad, en la línea de tantos museos urbanos sobre su principal convecino histórico (Mozart en Viena, Picasso en Málaga, etc), pero que ni existe ni se le espera actualmente.
Nos parece que no aporta nada a una capitalidad cultural, pero menos aún a un impulso decisivo de Granada como ciudad cultural, la aparición de 6 o 7 nuevos museos de este tipo, de perfil bajo y ámbito localista, entre los que solo falta un Museo de la Malafollá Granaína. Como voz de EQUO y militante ecopolítica y decrecentista, entiendo que esta ciudad se merece abanderar una posición mucho más seria y profunda respecto de las infraestructuras culturales en la ciudad, y en el caso concreto de los museos con más razón aún:
a) Es preciso realizar una apuesta fuerte, concreta y económicamente respaldada, por dar un nuevo enfoque e impulso (incluso con cambio de ubicación física en algún caso) a los grandes museos de la ciudad: Arqueológico y Bellas Artes, actualmente minusvalorados y mal enfocados, incapaces de proyectarse hacia el exterior, inactivos y con objetivos de fondos y gestión muy modestos. Ambos dependen de la Junta de Andalucía y están infradotados en todos los aspectos, de medios personales y financieros, lo que exigiría un compromiso del gobierno andaluz que, hoy por hoy, no existe.
b) Es necesario concentrar las propuestas de nuevos espacios museísticos en proyectos de alcance nacional e, incluso, internacional, sobre aspectos culturales de relieve (tengan o no relación con la ciudad y su historia), y huir de la proliferación de propuestas de escasa viabilidad como vehículo cultural de proyección de Granada, que es lo que se ha hecho hasta ahora. Debemos definir un par de museos ambiciosos y unir todas las fuerzas de Granada para hacerlos realidad. Se trata, justamente, de lo contrario que se ha hecho por la Comisión de la Capitalidad Cultural Europea de Granada 2031.
c) Es preciso plantear, además, de forma seria y definitiva la relación de la ciudad con el legado de Federico García Lorca, superar el actual estado de “guerra de guerrillas” con su imagen, y plantearse un Museo Federico García Lorca como icono de la ciudad, al estilo de lo hecho en Málaga con Picasso, en Viena con Mozart, Florencia con Dante Alighieri, Budapest con Franz Liszt, y tantos otros. Existe infraestructura suficiente para ello, y fondos expositivos, con lo que realmente es una opción fácil y barata.
En serio, no pensemos hacia dentro sino hacia fuera. La cultura es un asunto abierto y universal. Otro día hablamos, si quieren ustedes, del Teatro de la Ópera y otros postureos que revolotean por ahí.