“Gaza es el Auschwitz retransmitido en directo”: el grito ético del médico Pablo Simón en el 'Habladurías'

Pablo Simón no habla con furia, pero su voz estremece. Pablo no es un activista de salón. Ha trabajado en Lesbos, ha atendido a refugiados que huían de guerras olvidadas, ha sido testigo de la devastación que arrastran quienes lo pierden todo. Y, desde esa ética forjada en barro, sangre y compasión, lanza una advertencia tan clara como urgente: en Gaza no solo se está exterminando a un pueblo, se está demoliendo el último muro que protege los derechos humanos universales.
La destrucción sistemática: no es guerra, es castigo colectivo
Pablo Simón lo explica con gran rigor y denuncia: “Israel no ataca al azar. Tiene objetivos claros”. Lo que más duele a Pablo Simón no es solo la brutalidad de las bombas, sino su precisión simbólica. Y dice que se asesina a periodistas para eliminar la verdad, se elimina al personal sanitario para garantizar la muerte lenta y destruir la vida, se derriban escuelas para apagar la cultura, y se mata a los niños porque son, literalmente, el futuro
Israel ha convertido Gaza en un laboratorio del horror: bombardeos masivos a hospitales, asesinatos de sanitarios, destrucción del sistema educativo, francotiradores disparando a la cabeza o a los genitales de niños. Nada de esto es accidental. Es parte de un plan. Un plan de aniquilación. Muy doloroso.
Pablo Simón lo explica con gran rigor y denuncia: “Israel no ataca al azar. Tiene objetivos claros”. Lo que más duele a Pablo Simón no es solo la brutalidad de las bombas, sino su precisión simbólica. Y dice que se asesina a periodistas para eliminar la verdad, se elimina al personal sanitario para garantizar la muerte lenta y destruir la vida, se derriban escuelas para apagar la cultura, y se mata a los niños porque son, literalmente, el futuro.
El silencio médico: la traición de una profesión
Pero el grito más amargo de esta conversación no es hacia los asesinos. Es hacia los que callan. Especialmente los que deberían cuidar.
Pablo Simón denuncia la vergonzosa pasividad de buena parte del colectivo médico y científico en España. Colegios de médicos, como el de Granada, que se niegan a ceder salas para hablar de Palestina. En Granada, el Colegio de Médicos les prohibió una charla sobre Palestina. Así que salieron a la calle y la dieron en la puerta: “Negarse a ver, a actuar, a posicionarse, es participar. Es normalizar el crimen”.
Pablo Simón denuncia la vergonzosa pasividad de buena parte del colectivo médico y científico en España. Colegios de médicos, como el de Granada, que se niegan a ceder salas para hablar de Palestina
Tampoco Sociedades científicas que solo emiten un comunicado tibio y se esconden siete meses. O sanitarios que no se sienten interpelados, como si su juramento hipocrático no incluyera la dignidad humana.
No hay neutralidad posible ante un genocidio. El silencio no es equidistancia: es complicidad.
Y dice con horror: “El sistema sanitario de Gaza está siendo deliberadamente aniquilado”. Hospitales bombardeados. Personal médico asesinado o torturado. Niños amputados sin anestesia. Médicos que llevan días sin comer, atendiendo a pacientes sin recursos ni descanso. “Vi horrores en Lesbos, pero esto supera todo. Nunca imaginé tanta saña. Tanto gozo en la crueldad”.
Europa comercia con asesinos
Pablo Simón lo dice claro: el futuro de la humanidad depende de si somos capaces de detener esta ignominia. No solo por los gazatíes, sino por nosotros mismos.
Porque eso es lo que está en juego. Si se permite a Israel destruir Gaza con impunidad, si se tolera que se ignore el derecho internacional, si se relativiza el exterminio retransmitido en directo, se abre la puerta a la barbarie en cualquier lugar.
Pablo Simón lo dice claro: el futuro de la humanidad depende de si somos capaces de detener esta ignominia. No solo por los gazatíes, sino por nosotros mismos.
La resistencia ética: actuar desde lo posible
“Yo lo hago diciéndole a mis pacientes que no acepten medicamentos de Teva. Les explico por qué. Es pedagogía. Es resistencia”. Lo hace en su consulta, en la calle, en redes. Porque saber obliga. “Quien sabe, no puede mirar hacia otro lado
¿Qué hacer entonces? Desde el boicot a farmacéuticas como TEVA, hasta presionar a los colegios profesionales. Desde acudir a manifestaciones, hasta exigir al Gobierno que detenga toda venta de armas a Israel. Desde explicar a nuestros pacientes lo que ocurre hasta escribir, denunciar, alzar la voz. Porque no hacer nada ya no es una opción neutral.
La medicina, si quiere seguir siendo humana, debe implicarse. Y cada ciudadano o ciudadana, con o sin bata, también. “Yo lo hago diciéndole a mis pacientes que no acepten medicamentos de Teva. Les explico por qué. Es pedagogía. Es resistencia”. Lo hace en su consulta, en la calle, en redes. Porque saber obliga. “Quien sabe, no puede mirar hacia otro lado”, repite.
Gaza no es solo Gaza
Gaza no es solo un punto en el mapa. Es un espejo. En ella se refleja cuánto vale hoy la vida humana, cuánto pesan los derechos cuando se enfrentan al poder. Y, sobre todo, quiénes somos cuando nos enfrentamos a la injusticia.
“Si dejamos que esto pase, si no actuamos, entonces todo es posible. Todo puede repetirse. Y será legal”
Pablo Simón no habla solo por los gazatíes. Nos interpela a todos. Nos recuerda que estamos a un milímetro de perder lo que nos hace humanos. Y que, tal vez, la historia no nos absuelva. Lo que allí se destruye no es solo un pueblo. Es la arquitectura misma de los derechos humanos, el sistema ético que la humanidad acordó tras el Holocausto. “Si dejamos que esto pase, si no actuamos, entonces todo es posible. Todo puede repetirse. Y será legal”.
“El genocidio de Gaza es el gran drama moral de nuestro tiempo”. Y todo esto lo ha dicho Pablo Simón sin rodeos, sin eufemismos diplomáticos ni cobardías narrativas. Y añade: “es la fase final de un proyecto de aniquilación que arrancó en 1948 con la Nakba. Y ahora, con la complicidad de gobiernos que se dicen democráticos, ese exterminio se ejecuta a plena luz, ante los ojos del mundo. Esto no es una cuestión política. Es una cuestión ética. Es una cuestión de humanidad”. “Hoy son ellos. Mañana podremos ser cualquiera”.
“El genocidio de Gaza es el gran drama moral de nuestro tiempo”. Y todo esto lo ha dicho Pablo Simón sin rodeos, sin eufemismos diplomáticos ni cobardías narrativas
Por todo ello, Pablo insiste, no podemos mirar hacia otro lado. Ni callar. Ni resignarnos. Porque el futuro de la humanidad se decide hoy, en las ruinas de Gaza.
Frases para recordar
- “La medicina no puede ser neutral ante un genocidio”
- “Matar a periodistas, médicos, niños y profesores no es una guerra. Es un exterminio cultural y físico”
- “El futuro ético de la humanidad se está jugando hoy en Gaza”
"No decir nada es ser cómplice”
- “No decir nada es ser cómplice”
- “Si dejamos que esto pase, si no actuamos, entonces todo es posible. Todo puede repetirse. Y será legal”
- “Quien sabe, no puede mirar hacia otro lado”
- “Negarse a ver, a actuar, a posicionarse, es participar. Es normalizar el crimen”
- “Gaza es el Auschwitz retransmitido en directo”
Si quieres esuchar este impresionante podcast pincha a continuación: