Cultura protege como lugar de interés cultural la Azucarera de San Isidro y el Ingenio de San Juan
El Consejo de Gobierno de la Junta ha acordado este martes inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Lugar de Interés Industrial, la Azucarera de San Isidro e Ingenio de San Juan.
Se trata de un complejo fabril, representativo de la industrialización de la ciudad a finales del siglo XIX y principios del XX, que destaca tanto por su valor histórico como por la calidad arquitectónica y estética de las edificaciones e infraestructuras que alberga.
Situado en la transición entre la vega y la capital, el conjunto ahora protegido consta de dos instalaciones: el Ingenio de San Juan, primera fábrica de azúcar de remolacha de España (1882), y la Azucarera de San Isidro, fundada en 1901 y ampliada en 1929 hasta anexionarse la industria originaria.
Aunque no cuentan ya con su antigua maquinaria, los inmuebles están bien conservados y proporcionan información clara acerca de un proceso productivo, ya desaparecido, que marcó la vida económica de Granada durante décadas. A su interés histórico, ambas fábricas añaden una cuidada arquitectura, con muros de ladrillo y mampostería y rítmicos ventanales. San Isidro aporta, además, uno de los hitos más significativos de la vega granadina: la torre de destilación o alcoholera, de ladrillo macizo, 30 metros de altura e inspiración centroeuropea.
8.000 metros cuadrado de superficie
El complejo fabril, con una superficie total de 8.000 metros cuadrados, organiza sus naves en torno a patios de maniobra y pasarelas que conectan las distintas instalaciones. Las naves presentan un acusado componente monumental en armonía con su funcionalidad, tanto en las fachadas como en los elementos interiores (escaleras de fundición, columnas y cerchas, entre otros).
El Ingenio de San Juan fue construido con tecnología francesa y está formado por tres naves diáfanas, yuxtapuestas y comunicadas entre sí, con cubiertas a dos aguas realizadas mediante cerchas de madera, tirantes metálicos y teja cerámica plana. Su arquitectura, aunque básica y sencilla, emplea sistemas constructivos novedosos en la época. La fábrica se completaba con otras edificaciones y espacios para silos y pesaje de remolacha, ya desaparecidos.
La Azucarera de San Isidro, también destilería a partir de 1908, fue fundada por una cooperativa de trabajadores. Constituye un conjunto de gran valor arquitectónico y paisajístico que se ha mantenido inalterado tal y como quedó al cesar su actividad productiva a principios de los años ochenta del pasado siglo. Está integrado por tres grupos de edificaciones: el mayor y más antiguo dedicado a la producción y almacenaje de azúcar; otro de menores dimensiones para el secado y almacenaje de pulpa seca, y un tercero de producción de alcohol. Todos ellos se conectan a las vías del ferrocarril.
Junto con la torre alcoholera, el elemento más destacado de San Isidro es la fachada principal, de gran valor estético y orientada hacia la ciudad. La fábrica fue también una de las primeras construcciones de Granada que incorporaron el hormigón armado.
El conjunto se completa con infraestructuras como la plataforma de acceso interno del tren, los cargaderos elevados, las pasarelas y cuerpos de conexión entre naves y las carboneras de acumulación de combustible, así como silos de remolacha, embalses de agua, acequias, plataformas enfriadoras, chimeneas y muros de delimitación.
Además de los 8.000 metros cuadrados que ocupan las instalaciones industriales, la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz incluye una zona adicional de protección en el entorno, con el fin de garantizar las adecuadas protecciones visuales. Esta zona alberga, además, una serie de infraestructuras de menor entidad pero relevantes para comprender el funcionamiento y la evolución histórica de la fábrica.
Con el decreto aprobado por el Consejo, el complejo fabril granadino se suma a otro conjunto de características similares y ya protegido en 2008 como Lugar de Interés Etnológico: la Azucarera del Guadalfeo en Salobreña, que funcionó entre 1861 y 2006. Esta fábrica es igualmente representativa de una actividad económica ya desaparecida y que tuvo una gran relevancia en la provincia de Granada, aunque en este caso la materia prima era la caña de azúcar, cultivada durante siglos en algunas comarcas costeras del Mediterráneo andaluz.