Joaquín García Labella, jurista y político, asesinado en las tapias del cementerio de San José
Joaquín García Labella es triste ejemplo de la brutal represión que los sublevados ejercieron sobre intelectuales en Granada al inicio del golpe de estado y, en concreto, contra catedráticos de la Universidad, de la que también fue víctima el rector Salvador Vila.
En la Universidad de Granada completó, con la misma brillantez, la carrera de Derecho con dieciséis matrículas de honor y 6 sobresalientes, lo que le permitió lograr Premio Extraordinario en el Grado de Licenciatura. Entre sus profesores, Fernando de los Ríos o Antonio Mesa Moles. Tenía tan solo 19 años
Hijo de Joaquín García Tarifa y de Encarnación Labella Navarrete, nació en Granada el 10 de abril del 1905 y bautizado en el Sagrario con el nombre de Joaquín José Miguel.
Estudiante extraordinario, cursó bachiller en el Instituto General y Técnico de Granada, posterior Padre Suárez, con nada menos que matrícula de honor en todas las asignaturas de los ocho cursos.
En la Universidad de Granada completó, con la misma brillantez, la carrera de Derecho con dieciséis matrículas de honor y 6 sobresalientes, lo que le permitió lograr Premio Extraordinario en el Grado de Licenciatura. Entre sus profesores, Fernando de los Ríos o Antonio Mesa Moles. Tenía tan solo 19 años.
Se especializa en Derecho Público en Italia, y completa la formación en universidades de Francia y Reino Unido.
Al regresar a España tras su periplo por Europa fue nombrado profesor ayudante gratuito de clases prácticas de Derecho Administrativo en la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada. Era el año 1924.
Se doctora en 1926 en la Universidad Central de Madrid, y ese mismo año, con 21, consigue por oposición la plaza de catedrático de Derecho Administrativo, en la Universidad de Santiago de Compostela, que debe compatibilizar con el servicio militar obligatorio, donde ejerce como cartero de la compañía.
En una visita real a la Universidad de Santiago de Compostela, Allfonso XIII advierte en la recepción del claustro a un joven vestido de soldado. Era Joaquín García Labella. Cuando el monarca fue informado de que se trataba del Catedrático de Derecho Administrativo, lo dispensó de volver al cuartel
En una visita real a la Universidad de Santiago de Compostela, Allfonso XIII advierte en la recepción del claustro a un joven vestido de soldado. Era Joaquín García Labella. Cuando el monarca fue informado de que se trataba del Catedrático de Derecho Administrativo, lo dispensó de volver al cuartel.
Poco después contrajo matrimonio con Isabel Fernández-España y Vigil, de cuya unión nació su hija Isabel. Con ellas compartió su vida hasta su trágico final.
Represión durante la dictadura de Primo de Rivera. Durante la dictadura del general Primo de Rivera fue encarcelado por sumarse a las protestas contra el régimen, como catedrático en la Universidad de Santiago de Compostela. Este incidente, junto a la represión que sufrían catedráticos, motivo que su maestro Fernando de los Ríos renunciara a su cátedra.
Por concurso de traslado ganó en 1930 la Cátedra de Derecho Administrativo de la Universidad de Salamanca, en donde fue nombrado miembro de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Provincial.
Al año siguiente, permuta con José María Gil-Robles y Quiñones y es nombrado Catedrático de Derecho Político de la Universidad de Granada.
Breve carrera política
Enrolado en Acción republicana y después en Izquierda Republicana, Joaquín García Labella, ocupa cargos de responsabilidad en la II República durante casi un año y medio. Primero, en 1932, como gobernador civil de Cádiz. Más tarde de La Coruña y Sevilla.
En mayo de 1933 es nombrado director general de Administración Local y, a petición de la Presidencia del Gobierno, es designado presidente de la Comisión Técnica para el estudio y redacción del proyecto de Ley de Reforma de la Administración Local.
Finalmente, vuelve a la docencia y se reintegra en septiembre de 1933 a su plaza de catedrático en la Universidad de Granada, en la que también ejerció como profesor en la Escuela Social de Andalucía Oriental, impartiendo las disciplinas de Política social general, Política social agraria y Principios y Doctrinas sociológicas modernas. Compagina su labor docente con el de asesor legal del Ayuntamiento de la capital
Trágico final
Tras el golpe de estado y la ocupación armada del Ayuntamiento, falangistas y exaltados ocupan el Consistorio. En un registro hallan algunas armas en el despacho de García Labella, que alguien escondió en los instantes previos a la entrada de las tropas.
Este fue el desencadenante de su detención e ingreso en la prisión de Granada el 28 de julio, al tiempo que fue suspendido de su cargo municipal.
En la cárcel, García Labella escribiría al capitán Nestares, vecino y amigo suyo, quien intercedió por él, y le adscribe en La Colonia de Víznar a la compañía bajo su mando, junto a Francisco Rubio Callejón, amigo y compañero de claustro, gobernador civil de Jaén, ambos como protegidos del tristemente célebre capitán.
Pese a ello, le someten a trabajos forzosos, como cavar trincheras e, incluso, fosas para los fusilados, en un grupo, en el que también estaba Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual también y alcalde
Pese a ello, le someten a trabajos forzosos, como cavar trincheras e, incluso, fosas para los fusilados, en un grupo, en el que también estaba Jesús Yoldi Bereau, profesor de la Universidad, intelectual también y alcalde.
En ese grupo, García Labella también coincidió con algunos masones como él, identificados con mandiles. Hay constancia de que García Labella ingresó en la masonería en 1927 en la logia Alhambra de Granada, con el nombre simbólico de Aventojail, a la que también pertenecieron Federico García Lorca, Bonilla Marín y Alejandro Otero.
Nestares le eximirá de estos trabajos forzados pero lo incluye como un soldado más, para lo que le obliga a vestir uniforme falangista.
Pasará desapercibido un tiempo hasta que se produce un hecho que conllevará a su asesinato.
El día 15 de agosto se organiza en La Colina un acto de exaltación a la bandera de los sublevados, heredera de la monárquica, la bicolor. Nestares le encarga a García Labella el discurso. Entre los asistentes, un teniente coronel de la Guardia Civil retirado, Isidoro Torres Soto, cuyo hijo había sido fusilado por los propios franquistas por sus ideas de izquierda.
El teniente coronel retirado reconoció a García Labella y se presentó ante el gobernador civil de Granada, el comandante Valdés, a quien se quejó de que mientras muchos jóvenes, como su propio hijo, habían sido fusilados o encarcelados por sus ideas, lo que le habían inculcado esas creencias en la Universidad seguían libres. Le exigió que tomara medidas contundentes. Y así fue
El teniente coronel retirado reconoció a García Labella y se presentó ante el gobernador civil de Granada, el comandante Valdés, a quien se quejó de que mientras muchos jóvenes, como su propio hijo, habían sido fusilados o encarcelados por sus ideas, lo que le habían inculcado esas creencias en la Universidad seguían libres. Le exigió que tomara medidas contundentes. Y así fue.
El día 24 de agosto, aprovechando que Nestares viajó a Loja, junto a otros oficiales y jefes, para recibir al General Queipo de Llano que desde Sevilla había roto el cerco republicano a Granada, García Labella junto con otros fue conducido Granada con engaños: que si iba a ser trasladado al frente, que si iba a poder ver a su mujer y a su hija…
Pero fue conducido a la cárcel de Granada, donde se celebra una farsa de juicio sumarísimo del que no hay constancia documental. Veredicto, culpable, y la pena, fusilamiento.
Aquel día escribe sendas cartas, una a sus padres y otra a su mujer, Isabel. En ellas con entereza perdona a los que lo van a fusilar y pide que su familia haga lo mismo, además les ruega que vendan sus pertenencias para que puedan sobrevivir su esposa e hija, a las que recomienda que vuelvan a Galicia para evitar represalias en Granada.
Al día siguiente, al alba del 25 de agosto es fusilado ante las tapias del cementerio de Granada por un piquete de soldados de artillería, junto con otras 38 personas, entre ellas, Francisco Rubio Callejón y José Sánchez Castillo, cuyas familias, con el tiempo, se reencontraron en Granada.
“Una vida demasiado joven y brillante para haber sido segada en toda su plenitud creadora (31 años); una vida que en lo académico resultó adornada con la aureola de la excelencia y que en lo político dejó bien patente la coherencia entre ideología y actuaciones y responsabilidades públicas”
No sirvió la mediación de algunos personajes de la Granada de aquella época, entre ellos, su tío Alfonso Labella Navarrete, con gran influencia, y con tres hijos alféreces del ejército rebelde.
“Una vida demasiado joven y brillante para haber sido segada en toda su plenitud creadora (31 años); una vida que en lo académico resultó adornada con la aureola de la excelencia y que en lo político dejó bien patente la coherencia entre ideología y actuaciones y responsabilidades públicas”, escribió el profesor José Francisco López-Font Márquez, autor de La obra jurídico-administrativa del profesor García Labella (Editorial de la Universidad de Granada, 2001)
Cuádruple represión
Además del fusilamiento, la viuda e hija de Joaquín García Labella padecieron, según el profesor Sánchez Aranda, una cuádruple represión: la incautación de sus bienes; en su condición de funcionario, depuración y retirada definitiva de la venia docendi, expedientes de responsabilidades políticas y también por pertenencia a la masonería.
17 días después de su asesinato, el 11 de septiembre de 1936 se inicia, por las autoridades militares sublevadas de Granada un expediente de incautación de sus bienes por considerársele elemento destacado del Frente Popular. El prceso es largo y humillante. Se le llegan a incautar al inicio del expediente seiscientas veinte y nueve pesetas con cincuenta y un céntimos, de una cuenta bancaria.
La sentencia se pronuncia el 15 de noviembre del 1941 y “confirmaba” “la participación política en el Frente Popular (… ) haber realizado actos encaminados a fomentar con eficacia la situación anárquica en la que se encontraba España y ha hecho indispensable el Movimiento Nacional (…) y en consecuencia debemos declarar y declaramos incurso en responsabilidad política, como comprendido en los apartados c) h) y k) del artículo cuarto de la Ley de 9 de febrero de 1939 al encartado Joaquín García Labella y en su consecuencia le condenamos a la sanción de pago al Estado de quinientas pesetas que sus herederos harán efectivas en la forma prevista".
Lo esperpéntico de aquella (in)justicia franquista lo demuestra que en el expediente abierto en la Jurisdicción Especial de Masonería y Comunismo, en el Nº 2 de los de Madrid, con fecha 23 de mayo libraba oficio al Ministerio de Educación Nacional para “dar la órdenes necesarias para que fuese suspendido de empleo y sueldo de manera provisional Joaquín García Labella.El 15 de junio de 1942 contestaban el Juez al Ministerio “que, al estar muerto no puede cumplimentarse los dispuesto por su autoridad”.
- Tras el fusilamiento y la larguísima tramitación de los diversos expedientes por supuestas Responsabilidades Políticas y por la pertenencia a la Masonería de Joaquín García Labella, la situación de abandono y desamparo de la viuda-Isabel Fernández-España Vigil y Isabel García Fernández-España, única hija, fue absoluto, sin ningún tipo de pensión o ayuda, salvo la de su hermano residente en Galicia, hasta ya restaurada la democracia en los años 80.
- El 2 de septiembre del 1942, la viuda solicitó certificado del expediente personal de Joaquín García Labella a la Universidad de Granada, por estar suspendido el expediente de tramitación de pensión de viudedad hasta que no se acreditase el tiempo que su difunto marido desempeñó el cargo de catedrático.
- Treinta años más tarde el 22 de enero de 1971, Isabel madre volvía a dirigir escrito a la Jefatura de Asuntos Generales del Ministerio de Educación y Ciencias, cuyo ministro titular era desde el 26 de octubre de 1970, Villar Palasí, que contestaron el 25 de marzo de 1971 través de la Sección de Personal de Enseñanza Universitaria, que pasaba a resolución de dicho ministro, del que tampoco tuvo respuesta alguna, pese al tiempo transcurrido.
- El 24 de mayo de 1983 la viuda vuelve a reiterar la pensión de viudedad, en base a los dispuesto en la Ley 5/1979, de 18 de septiembre, sobre reconocimiento de pensiones y de asistencia social a favor de viudas y demás españoles fallecidos como consecuencia y con ocasión de la pasada guerra civil, que al fin le fue concedida más de cuarenta años después de la inicial solicitud cursada.
Bibliografía consultada:
- José Francisco López-Font Márquez, Ponencia Vida y obra del profesor García Labella. Jornadas Juristas andaluces en la II República. Granada, 18 y 19 de abril de 2007.
- Antonio Sánchez Aranda, El proceso "post mortem" de responsabilidades políticas a Joaquín García Labella, Catedrático de Derecho político de la Universidad de Granada, Represión y orden público durante la II República, la Guerra Civil y el franquismo, coordinado por José Antonio Pérez Juan y Sara Moreno Tejada. Aranzadi Thomson Reuters. 2019.
- Juan José del Águila Torres, Las múltiples represiones sobre Joaquín García Labella y su familia (I). Crónica Popular, 22 junio, 2019.
- Eduardo Molina Fajardo, Los últimos días de García Lorca, Barcelona, Plaza y Janés, 1983.
- Rafael Gil Bracero y Mario Nicolás López Martínez. Universidad de Granada. La represión antimasónica en Granada durante la guerra civil y la posguerra. 1989.
- Diccionario de catedráticos de Derecho (1847-1943), Univesidad Carlos III.
- García Labella, Joaquín, Universo Lorca
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