El comandante Antonio Ramos Herrero, el granadino que dio su vida por ‘salvar’ Madrid
Miguel Hernández en Vientos del pueblo
Consta de dos partes. Una primera en la que Silvia González, vocal de Familias e Investigación de la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica (AGRMH), nos ofrece, con el título El granadino que 'salvó' Madrid, una semblanza de la vida y muerte de Antonio Ramos Herrero y una segunda que, bajo el título de La caja de zapatos, en la que se extraen parte del trabajo de investigación que emprendió Sigfrido Ramos Esteve, que le permitió completar la historia de su abuelo.
El granadino que 'salvó' Madrid
El 22 de junio de 1935 aparecen publicados en Heraldo de Madrid los cargos directivos electos del Ateneo, entre ellos, en la sección de Ciencias Morales y Políticas que preside Manuel Azaña, el granadino Antonio Ramos Herrero.
“Antonio Ramos no fue solo por tanto un destacado ateneísta, maestro o profesor, [abogado] y militar, sino que defendió el concepto republicano de enseñanza”, asegura Gregorio Morales
Pero, ¿quién es este granadino de poderosa figura, un desconocido que se codea con lo más granado de la política madrileña y que terminará protagonizando uno de los actos heroicos de la defensa de Madrid?
Antonio Ramos Herrero es oriundo de Gabia la Grande donde nace el 1 de agosto 1904. Hijo del médico y cirujano Francisco Ramos, cuya familia procede de Churriana, y de Purificación Herrera, procedente de Figiliana. Su madrina es doña Rosa Cobo del Rosal.
Sus primeros años discurren entre Granada y Almería. La pérdida temprana de sus padres y la precariedad de su situación económica le obligan a buscar trabajo como modesto escribiente. En 1925 comienza sus estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Granada, que compagina a partir de 1926 con estudios de Derecho en la Universidad de Granada. Su avidez de conocimiento es infinita. En el último año de Derecho realiza el curso de ingreso en Filosofía y Letras. Su expediente académico es brillante.
Y así, logra terminar las dos carreras en cuatro años compaginándolas con su modesto trabajo de escribiente, siempre pidiendo exención de matrícula debido a su condición de huérfano. Una de las cartas se la avala un familiar, su tío Antonio Ramos López, farmacéutico del Realejo.
Entre 1930 y 1933 inicia sus viajes por el extranjero. Sale de España por cuestiones políticas y una herencia le permitirá conocer mundo. Comienza con una estancia en Manila, Filipinas, donde trabaja en un periódico que él mismo funda y desde donde pide, como consta en los documentos del Archivo de la Universidad de Granada, sus títulos de abogado y maestro. Allí inicia contactos con grupos republicanos. Pero su periplo por el mundo no termina allí; continuará su viaje por Saigon, Harbour Port, Marsella y Alemania, desde donde regresa en 1933 a España.
Es precisamente en Madrid donde Antonio Ramos ejerce en 1933 -los años previos a la guerra- como profesor de Latín, al tiempo que lleva una frenética actividad política como “colaborador activo” y “asesor jurídico y estratégico” -en su condición de abogado- de personalidades de la talla de Margarita Melken, Federica Montseny, Wenceslao Carrillo o Julián Besteiro
El mismo año de su vuelta a España conoce a su mujer, Sara Conde López. Con ella tendrá dos hijos: Sigfrido y Libertad. Su hija, enferma. fallecerá en el tortuoso traslado a Cataluña, cuando su mujer decide abandonar Madrid tras la heroica muerte de Antonio, en noviembre de 1936.
Antonio Ramos es ascendido, primero, a capitán, y, posteriormente, a comandante de la milicia popular de la CNT La Columna España Libre.
Es precisamente en Madrid donde Antonio Ramos ejerce en 1933 -los años previos a la guerra- como profesor de Latín, al tiempo que lleva una frenética actividad política como “colaborador activo” y “asesor jurídico y estratégico” -en su condición de abogado- de personalidades de la talla de Margarita Melken, Federica Montseny, Wenceslao Carrillo o Julián Besteiro.
Él se encargaba de defender jurídicamente algunos aspectos y asesorar desde un punto de vista estratégico en algunas de las decisiones que se llevaban a cabo
Él se encargaba de defender jurídicamente algunos aspectos y asesorar desde un punto de vista estratégico en algunas de las decisiones que se llevaban a cabo. Pero su compromiso por la causa no quedó ahí, sino que el 11 de octubre de 1936 decidió sindicarse a la CNT, alistándose de forma inmediata como voluntario “miliciano” en la Columna España Libre, ya que los graves acontecimientos que acontecían requerían la lucha activa en el frente de batalla
Pronto cobrará protagonismo en la actividad intelectual de la capital tras ser elegido secretario en la sección de Ciencias Morales y Políticas del Ateneo de Madrid, entre cuyos dirigentes se encontraban Francisco Barnés, José Giral, Claudio Sánchez Albornoz y Ramón María del Valle-Inclán.
Su compromiso con el Frente Popular -miembro de FETE-UGT- y el republicanismo le lleva a firmar el 10 de febrero de 1936 un manifiesto dirigido A todos los maestros de España que aparece publicado en el Heraldo de Madrid dos días después. En dicho documento se alaba la labor de Marcelino Domingo y Fernando de los Ríos por iniciar “la magna obra de la ilustración del pueblo para infundir el espíritu de la democracia”, a la vez que se defiende una República sustentada en “la cultura y en la educación cívica”.
“Un millar de hombres sigue con emoción enorme, sin respirar casi, su heroica empresa. Ramos se incorpora, una bomba cruza el espacio, una explosión aturde los oídos y el tanque se inclina pesadamente sobre uno de sus costados”
Con el estallido de la guerra, Antonio se afilia al sindicato de la CNT y se alista en una de sus milicias populares. Pronto entra en combate como sargento en Las Navas de Pinares desde donde recibe la orden -con fecha de 13 de octubre- para que regrese a Madrid y asuma el mando de la Compañía de Infantería Columna España Libre.
Su carrera militar, como la de otras facetas que emprendió en su vida, fue meteórica pero, por desgracia, muy corta en el tiempo. En pocos días pasó de capitán -como consta en su carné de miliciano de la CNT, cuya inscripción tiene fecha del 11 de octubre de 1936- a comandante. La orden de ascenso que emite la jefatura militar de la Columna España Libre de la CNT está fechada el 3 de noviembre. En dicho documento recibe una “efusiva y emocionada felicitación” del jefe militar por la “magnífica actuación tenida por usted durante las últimas horas”, que no se detalla pero que le hace merecedor de su “justo e indiscutible” ascenso.
Su muerte llegaría tan solo un día después de su ascenso y es relatada por el periodista Eduardo de Guzmán en el libro 'Madrid Rojo y Negro'
Su muerte llegaría tan solo un día después de su ascenso y es relatada por el periodista Eduardo de Guzmán en el libro Madrid Rojo y Negro. Gracias a su crónica de la guerra se sabe que Antonio participó activa y valientemente con esta columna en la defensa de Madrid cuando las tropas rebeldes del general Varela avanzaban a principios de noviembre tras romper el asedio que los republicanos mantuvieron durante los primeros días de la sublevación militar en Alcázar de Toledo.
Madrid se preparaba para resistir el 4 de noviembre de 1936. Eduardo de Guzmán, que vivió el episodio porque estaba allí, recoge en su libro el momento fatídico de la muerte del joven granadino, con tan solo 32 años:
¿Quién fue entonces Antonio Ramos Herrero? Como me dijo el maestro Gregorio Morales Villena: “No fue solo por tanto un destacado ateneísta, maestro o profesor, [abogado] y militar, sino que defendió el concepto republicano de enseñanza. Una suerte de hombre de armas y letras, un caballero cervantino, un defensor de la LIBERTAD”.
No se puede competir con tan justa y bella definición.
La caja de zapatos
"Me remonto a los años 70, cuando en casa éramos cinco personas: mis padres, mi abuela paterna Sara Conde López, mi hermano y yo. Ya desde pequeño me cautivó la historia que mi abuela me contaba una y otra vez: la muerte de su marido Antonio Ramos Herrero en la Guerra Civil Española. Fue mi abuela quien me desveló el pasado de mi abuelo puesto que no pude conocerlo nunca.
Se instaló en la calle Fuencarral número 6, en un edificio donde empezó a alquilar habitaciones para estudiantes. Fue allí donde conoció al protagonista de esta historia, mi abuelo
Siempre empezaba explicando que ella había nacido en La Habana, Cuba, pero que, por motivos personales y económicos, tuvo que emigrar a Galicia para acabar viviendo, posteriormente, en Madrid, junto con su madre Carmen. Se instaló en la calle Fuencarral número 6, en un edificio donde empezó a alquilar habitaciones para estudiantes. Fue allí donde conoció al protagonista de esta historia, mi abuelo.
Mi abuela y él vivieron una corta pero intensa relación amorosa que duró tres años (1933 hasta 1936), durante los cuales tuvieron dos hijos: Sigfrido (mi padre) y Libertad, quien enfermó y falleció al poco tiempo de nacer.
Su compromiso con el movimiento republicano fue aumentando cada vez más, llevando al límite su idealismo por la causa. Mi abuela Sara solía decir que él “en cada bolsillo llevaba papeles con más de 20 años de cárcel…” y con el tiempo comprendí a qué se refería
A su regreso a España, en Madrid, se aloja en una de las habitaciones que mi abuela disponía en la calle Fuencarral. Así nació su relación personal.
Su compromiso con el movimiento republicano fue aumentando cada vez más, llevando al límite su idealismo por la causa. Mi abuela Sara solía decir que él “en cada bolsillo llevaba papeles con más de 20 años de cárcel…” y con el tiempo comprendí a qué se refería.
El 11 de octubre de 1936 decidió sindicarse a la CNT, alistándose de forma inmediata como voluntario “miliciano” en la Columna España Libre, ya que los graves acontecimientos que acontecían requerían la lucha activa en el frente de batalla.
Los acontecimientos sucedieron a una velocidad vertiginosa. No había tiempo para formar militarmente al personal civil, ya que se le necesitaba urgentemente en el frente de Madrid para detener el avance de las tropas franquistas. Gracias a sus estudios Antonio Ramos ingresó directamente como sargento y en tan solo nueve días, el 20 de octubre, fue ascendido a capitán y posteriormente a comandante ya el 3 de noviembre.
Madrid era el objetivo de las tropas nacionales, que pretendían hacerse con la capital. Episodio conocido como La Batalla de Madrid, el pueblo madrileño no lo dudó dos veces, hombres, mujeres, niños, se enfrentaron de una forma épica a las tropas franquistas. Sin armas, sin ayuda, sin formación militar lucharon denodadamente contra el enemigo y fue en esos episodios donde mi abuelo murió de una forma heroica, el 6 de noviembre de 1936, en el frente de Leganés.
Su muerte siempre me tuvo intrigado, ya que mi abuela decía que “murió delante de un tanque al lanzarle una granada” y que gracias a un amigo de mi abuelo que fue a visitarla pudo saber cómo murió y que le entregó toda la documentación que llevaba encima
Su muerte siempre me tuvo intrigado, ya que mi abuela decía que “murió delante de un tanque al lanzarle una granada” y que gracias a un amigo de mi abuelo que fue a visitarla pudo saber cómo murió y que le entregó toda la documentación que llevaba encima. También le recomendó “que huyese cuanto antes de Madrid porque iba a quedar partida en dos zonas y su casa corría mucho peligro y su integridad también…” Así que, con veintiséis años, su madre (mi bisabuela) y dos hijos (mi padre y su hermana recién nacida y enferma, Libertad) decidió huir – sin saber bien dónde ir– atemorizada por las represalias que se estaban llevando a cabo contra los republicanos.
Fue en ese ambiente de miseria y pobreza donde creció mi padre, se enamoró de mi madre Pilar y nos tuvieron a nosotros: mi hermano y yo. Pasados los años nos trasladamos a Badalona, ciudad donde residimos actualmente
Guiada por los contactos republicanos y curiosamente algunos nacionales de su difunto marido, mi abuela llegó a Alcudia de Carlet, Valencia. Allí le sugirieron que su hijo (Libertad había fallecido durante el trayecto) fuese a Rusia con el barco que salía del puerto de Valencia y transportaba a niños republicanos (todos estos acontecimientos tuvieron lugar alrededor de 1937). Contrariamente, mi bisabuela (la madre de mi abuela Sara) se opuso y decidieron quedarse e ir a Barcelona. Allí se instalaron, a duras penas, en la falda de la montaña de Montjüic, en una barraca, en lo que se conoce como Las barracas de Montjüic. Fue en ese ambiente de miseria y pobreza donde creció mi padre, se enamoró de mi madre Pilar y nos tuvieron a nosotros: mi hermano y yo. Pasados los años nos trasladamos a Badalona, ciudad donde residimos actualmente.
Toda esta historia que acabáis de leer empieza en el momento en que consigo acceder a la poca documentación que mi abuela había guardado sobre mi abuelo. Esa documentación permaneció escondida durante años en una caja de zapatos. Nunca pude llegar ni saber de ella hasta prácticamente los años noventa
Toda esta historia que acabáis de leer empieza en el momento en que consigo acceder a la poca documentación que mi abuela había guardado sobre mi abuelo. Esa documentación permaneció escondida durante años en una caja de zapatos. Nunca pude llegar ni saber de ella hasta prácticamente los años noventa. En esa época mi abuela decidió compartirla con nosotros y nos mostró los partes de defunción, el carnet de miliciano con su rango y fotos diversas. Hasta ese momento, la historia de un hombre que muere delante de un tanque me parecía un poco magnificada… craso error el mío.
Con esa documentación inicial empecé a buscar, sin saber claramente el qué, utilizando todos los recursos posibles: Internet, libros, documentos, videos, etc. Leí cualquier documento que caía en mis manos sobre la Guerra Civil y que consideraba que me podría ayudar.
Sería en el año 2006 cuando encontré un documento esperanzador para mí. Estaba con mi hija mayor y mi padre buscando información por la red cuando se me ocurrió añadirle a mi búsqueda la referencia que mi padre me dio: Columna España Libre, comandante Ramos y llegué a un fragmento de un capítulo titulado: LA NOCHE QUE SE SALVÓ MADRID del libro Madrid Rojo y Negro, del escritor Eduardo de Guzmán.
Esas líneas plasmaban literalmente la muerte del comandante Ramos a los pies de un tanque, tal y como mi abuela me había explicado en tantas ocasiones. Ese fragmento nos llevó a mi padre y a mí a fundirnos en un abrazo -que aún recuerdo- mientras decíamos: “¡Pues es verdad lo que decía la yaya!”.
A partir de ese punto empieza la búsqueda más objetiva; en primer lugar, visité la CNT de Badalona (Centre d’Estudis Federica Montseny), donde me facilitan el contacto con la mujer viuda de Eduardo Guzmán: la señora Carmen Bueno, que vivía en la calle Atocha de Madrid. Conversé con ella por teléfono de una forma muy emotiva. Me explicó la relación que les unía a los tres, puesto que mi abuelo y ellos dos se conocieron. En segundo lugar, dirigí mis pasos hacia el archivo de Salamanca para solicitar la documentación oficial de su defunción.
Como, por ejemplo, que en la facultad de Derecho tenía como compañero a Federico García Lorca o que en su vivienda de la calle Fuencarral 6 se fundó la sede de la Unión Republicana Feminista, con Clara Campoamor al frente
Allí encontré las fechas de sus ascensos y cuándo murió, junto con comunicados oficiales.
Gracias a Internet encuentro la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, la cual me ayudó y me sigue ayudando de una forma inestimable para mí y que siempre agradeceré. Y, por último, me encuentro con el Grupo de Estudio del Frente de Madrid (GEFREMA) el cual me ofrece la posibilidad de poder escribir este artículo, dándome información más clara y concreta sobre los episodios vividos en esas fechas.
En la caja de zapatos también había un pequeño reloj de oro, reloj que mi querida abuela fundió discretamente para poder regalarme las alianzas de matrimonio que tengo actualmente, cosa que supe después
Como pueden ver, esta búsqueda no ha cesado, he podido recomponer las piezas mayores del rompecabezas pero constantemente van apareciendo pequeñas piezas, pequeñas aclaraciones que me dan una visión cada vez más nítida del pasado de mi familia. Como, por ejemplo, que en la facultad de Derecho tenía como compañero a Federico García Lorca o que en su vivienda de la calle Fuencarral 6 se fundó la sede de la Unión Republicana Feminista, con Clara Campoamor al frente.
En la caja de zapatos también había un pequeño reloj de oro, reloj que mi querida abuela fundió discretamente para poder regalarme las alianzas de matrimonio que tengo actualmente, cosa que supe después".
Sigfrido Ramos Esteve. Badalona, 2012
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Bibliografía:
- GUZMÁN, Eduardo (2004): Madrid Rojo y Negro. Editorial: Oberon, Grupo Anaya, Madrid.
Algunas páginas webs visitadas:
- http://www.sbhac.net/Republica/Ayuda/Ayuda.htm
- http://www.mcu.es/archivos/MC/CDMH/index.html
- http://www.centrefedericamontseny.org
- http://www.gefrema.org
- http://www.memoriahistorica.org.es/joomla/
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Para que nunca se olvide. Para que nunca se repita.
En colaboración y las asociaciones memorialistas de la provincia de Granada.
Puedes leer aquí los reportajes de la nueva temporada del Foro de la Memoria:
- Enrique Muñoz Arévalo, un alcalde que luchó por salarios dignos para los trabajadores de Santa Fe-El Jau
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- La fosa de Nigüelas confirma la brutalidad de la represión franquista en la provincia de Granada
- 'Manuel Ruiz Castañeda, el alcalde republicano que nunca pudo volver a Láchar'
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- Víznar abre el camino de las exhumaciones de víctimas del franquismo, una digna reparación aún pendiente
- Eugenio Ruiz Rueda, luchador por mejorar la vida de los demás
- Brígida Pardo López, en su memoria y honor
- 'Teodoro Fernández Martínez, catedrático de la Escuela de Arte de Granada, una vida iniciada en Cantoria y segada en el Barranco de Víznar'
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Puedes consultar también los reportajes de la primera temporada del Foro de la Memoria en los siguientes enlaces:
- Antonio García Ordóñez, último superviviente de la Agrupación Guerrillera de Granada
- La historia de la familia Miranda, masacrada por el fascismo
- Manuel Valor Cara, de la cuesta del Pino al campo de concentración de Albatera
- Carmen López Iglesias, superviviente de la Desbandá
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- El Fuerte del Horror. Torturas y ejecuciones extrajudiciales en Carchuna y Castell de Ferro en julio de 1947
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