Espárragos de Huétor Tájar, campaña IGP 2025.
HISTORIA INTERMINABLE DEL PALACIO ÁGREDA

Si la Casa del Poyo pudiese hablar…

Cultura - Gabriel Pozo Felguera - Domingo, 25 de Mayo de 2025
Gabriel Pozo Felguera nos ofrece la historia del inmueble del Albayzín, Casa Ágreda, protagonista de la contienda política, que pasó de casa señorial de la saga que le dio su nombre en el siglo XVI, a una casona en ruinas en el siglo XX, en un itinere en el que San Juan de Dios durmió en su bello zaguán, albergó un convento, también un orfelinato, pudo ser mal vendido para hotel o para una oscura ONG y al fin, recuperado, aún no se sabe muy bien para qué, con un polémico proyecto de recuperación. Por el mejor cronista de Granada.
Portada de Casa del Poyo, vista desde la calle del Carnero. Sobreimpresionadas, la capacha de San Juan de Dios y la cara de Diego Ágreda y Vargas.
CREACIÓN DE LUIS RUIZ RODRÍGUEZ
Portada de Casa del Poyo, vista desde la calle del Carnero. Sobreimpresionadas, la capacha de San Juan de Dios y la cara de Diego Ágreda y Vargas.
  • La fundaron los Ágreda de Soria, una familia de conquistadores y juristas a lo largo del siglo XVI; acogió los descansos de San Juan de Dios; fue colegio, orfelinato; vendida a una ONG extranjera y ahora soporta veinte años de abandono en espera de darle uso cultural

Los Ágreda fueron una saga prolífica y poderosa de Granada en los siglos XVI a XVIII. Llegaron como gentes de guerra en la Toma. Consiguieron fortuna y privilegios. El más viejo guerrero de todos fue Pedro Gómez de Ágreda. Tomaron como apellido el de su pueblo de origen, en la provincia de Soria. Después continuaron llegando como juristas de la Real Chancillería y hombres de Iglesia. Ocuparon por generaciones cargos de ediles, alcaides y caballeros XXIV en el Concejo. Levantaron su palacio y convento-panteón en el corazón de Granada, junto al Darro, en la Cuesta de Santa Inés. Se llamó Casa del Poyo (por ser la grada-descansadero de San Juan de Dios); después Casa Ágreda. A pesar de ser un apellido abundante en Granada, Ágreda entró en fase de extinción a finales del siglo XIX. El palacio blasonado pasó a ser colegio y en 1940 la compró Gallego Burín para la ciudad; se usó como orfelinato. Hace justo 20 años se redescubrió que era del Ayuntamiento. Ahí empezó una nueva y convulsa etapa de esta casa con tanta historia: los vaivenes políticos la han abocado a la ruina y al abandono; la quisieron vender para hotel; no la compró nadie. La harían museo de Granada, pero no movieron un papel. Fue objeto de oscuros deseos de una ONG con la complicidad de algún concejal. Fue abrazada por los ciudadanos para impedir que la regalaran. Se vio inmersa en un complejo proceso judicial sobre su turbia venta. Fue recuperada por otro alcalde aprovechando un descuido administrativo… Y ahí está, como la Puerta de Alcalá, viendo pasar el tiempo que la devora, cada día un poco más.

Es seguro que hace cinco siglos ya estaba levantada la parte más antigua en la que se establecieron los primeros Ágreda en Granada. La elección del solar la habría hecho el patriarca Pedro Gómez de Ágreda. Es tradición que el zaguán de entrada ya existía entre 1539 y 1550 en que lo visitaba y dormía en su poyo el portugués Juan Ciudad, futuro San Juan de Dios. No así su portada manierista, que le fue añadida a finales del siglo XVI.

En el proceso de beatificación de San Juan de Dios declaró Diego de Ágreda (1622), uno de los hijos de Martín Ruiz de Ágreda, quien dijo haber oído a su padre comentar la estrecha relación de la familia con San Juan de Dios

Se da por bueno que el fundador de la Casa Ágreda en su conformación inicial fue Martín Ruiz de Ágreda; en el primer tercio del XVI. Casó con Leonor de Vargas. Ambos dieron forma a la definitiva edificación y se hicieron patronos de la fundación de un oratorio y casa de doncellas recogidas, futuro Convento de Santa Inés. Ubicado justo en la fachada de enfrente a su casa; aquí establecieron su capilla y panteón funerario. Martín de Ágreda y Leonor de Vargas procrearon juntos a nueve hijos. Y el caballero Martín, por su parte, también engendró a otros cuantos bastardos. Los legítimos se llamaron Alonso, Pedro, Gómez, Juan, Fernando, Diego, Elvira, Francisca y Lorenza. No sabemos exactamente el orden de nacimiento.

En el proceso de beatificación de San Juan de Dios declaró Diego de Ágreda (1622), uno de los hijos de Martín Ruiz de Ágreda, quien dijo haber oído a su padre comentar la estrecha relación de la familia con San Juan de Dios. Y que durante muchos años a aquel palacio se le llamaba Casa del Poyo. Así continuó llamándose hasta bien entrado el siglo XVIII.

Cenotafio de Diego de Ágreda y Vargas en su capilla del convento de Santa Inés. JAVIER HERNÁNDEZ.

El que más nos interesa de todos es precisamente este Diego de Ágreda y Vargas. Nacido hacia 1541 y muerto en 1634, con 93 años. Fue famoso caballero veinticuatro de Granada y servidor de la monarquía como corregidor de las ciudades de Málaga y Vélez. La mayoría de los hermanos tuvieron la condición de caballeros de Santiago. Éste no llegó a casarse y fue el que promovió la colocación de la portada con columnas de piedra pudinga hacia 1572-4. También el que dejó su figura orante en bajorrelieve en el cenotafio del convento de Santa Inés.

Los alcaldes del crimen descubrieron a los autores y les condenaron. El cadáver del enamorado pretendiente de la familia Ágreda está enterrado también en la capilla del convento de Santa Inés, junto a otros muchos de su apellido

En las inmediaciones de esta casa solariega de los Ágreda tuvo lugar el asesinato de uno de los nietos del fundador de la saga. Se llamó Jerónimo de Ágreda y Vargas, era hijo de Gómez de Ágreda y de Fulana Verdejo. El padre era concejal del Ayuntamiento. Nos cuenta Henríquez de Jorquera en sus Anales que, en enero de 1590, su primogénito debía andar tras una moza que ya había sido comprometida en matrimonio con un caballero de Alcalá la Real. Era hija de Diego Callejón, escribano mayor del Concejo. Una noche se reunieron el escribano, un tocinero que manejaba los cuchillos con destreza y un maestro de armas; acecharon al muchacho por esos oscuros callejones y le dieron muerte. Los alcaldes del crimen descubrieron a los autores y les condenaron. El cadáver del enamorado pretendiente de la familia Ágreda está enterrado también en la capilla del convento de Santa Inés, junto a otros muchos de su apellido.

Ilustración del libro sobre La Granada de San Juan de Dios que rememora el ambiente de la Cuesta de Santa Inés en la segunda mitad del siglo XVI.

Varios Ruiz de Ágreda y primos también arribaron a Granada durante el primer tercio del siglo XVI. Otro Martín Ruiz de Agrela se formó en el colegio de San Bartolomé de Salamanca, se hizo hombre de leyes y llegó en 1533 como oidor de la Real Chancillería, del concejo Real de Indias y presidente del concejo de la Mesta. Otro más, Pedro Ruiz Gómez de Ágreda se hizo clérigo y vino a Granada para oficiar como beneficiado y vicario de La Zubia.

Este sobrino del mismo nombre dejó huella como militar y literato durante los reinados de Felipe III y Felipe IV. De él nos legó un retrato Diego Velázquez, pintado en edad provecta

Existió otro Diego de Ágreda y Vargas, que era sobrino del Diego fundador de la Casa Ágreda granadina. Pero en este caso nació en Madrid hacia 1580-5, hijo de Alonso de Ágreda y de Luisa de Vargas. El matrimonio, aunque natural de Granada, había emigrado a Madrid a ejercer un cargo en el Consejo Real de Castilla. Este sobrino del mismo nombre dejó huella como militar y literato durante los reinados de Felipe III y Felipe IV. De él nos legó un retrato Diego Velázquez, pintado en edad provecta. Se sospecha que murió en Madrid a mediados del siglo XVII.

La Casa de la Cuesta de Santa Inés

A partir de finales del XVIII ya no se la recordaba como Casa del Poyo, fue conocida en Granada como Palacio de los Ágreda y, más recientemente, Casa Ágreda. Su acceso original siempre estuvo por la Cuesta de Santa Inés, donde su constructor levantó la portada y colocó su escudo de armas presidiéndolo. Después se le añadieron otras dos variantes. También dejó impresas varias cruces de la orden de Santiago a la que pertenecía. Dispuso el edificio de otra segunda entrada, por el piso superior, dando a la calle San Juan de los Reyes. 

Así estaba la casa y la zona en 1940, cuando iba a ser convertida en corrala de vecinos, vista desde San Juan de los Reyes y desde la calle del Carnero (Todavía sin cablear ni pintarrajeada). AHMGR

Entre todas las descripciones que existen de la arquitectura y arte del monumento, la más acertada es la que sintetizó Carlos Jerez Mir en su Guía de Arquitectura de Granada, a finales del siglo XX

Entre todas las descripciones que existen de la arquitectura y arte del monumento, la más acertada es la que sintetizó Carlos Jerez Mir en su Guía de Arquitectura de Granada, a finales del siglo XX. Por entonces todavía tenía el uso de colegio de la congregación Divina Infantita. La reproduzco casi íntegramente: “Edificio monumental, en esquina, con varios cuerpos de edificación. La grandiosa portada sorprende en la estrechez de las calles circundantes y es puramente manierista. Es de granito, con grandes columnas laterales y balcón sobre ella con motivos arquitectónicos clásicos. Tras un zaguán de grandes proporciones, techado por espléndido alfarje, que encierra enfrente un retablo clasicista dedicado a San Juan de Dios, se accede lateralmente al patio, que es también muy grande ─15 por 15 metros, aproximadamente─, peristilado en sus lados norte y oeste, con fuente central circular de piedra y galerías superiores con columnas iguales, pero de menor escala que las de la planta baja, que son de mármol blanco, con capiteles jónicos y zapatas renacentistas. La viguería de madera termina en canes moriscos. Las galerías se cierran por una balaustrada de piedra cortada por pedestales sobre los que apoyan las columnas.  A las escaleras, también monumentales, se accede por un arco semicircular, desbordándose los escalones hacia el patio. Son de dos tramos, con baranda de madera torneada y coronadas por una espléndida armadura mudéjar. Tras el patio principal hay otro, abierto, quizás antiguo jardín, que hoy se usa como zona de juegos del colegio aquí instalado. A ese patio da espalda también el edificio de la calle Lavadero de Santa Inés, que es moderno, construido probablemente sobre uno antiguo del que se conserva su portada con escudo de la familia Álvarez de Bohorques y que se usa hoy igualmente para las instalaciones del Colegio…” Su solar tiene 1.287 metros cuadrados y la construcción en cuatro plantas suma 2.280.

Dos perspectivas de las dos caras peristiladas del patio principal. TORRES MOLINA/AHMGR.
Uno de los alfarjes moriscos de la primera mitad del siglo XVI, en lo que fue capilla. T. M./AHMGR.

En las paredes del zaguán, cuyo poyo se dice servía de descanso a San Juan de Dios y a sus enfermos, hay escritas dos octavas que se refieren a su presencia. También está un lienzo, muy oscurecido, pintado todo en el primer tercio del siglo XVII. Son las siguientes:

En este poyo, muchas veces/

al Santo sirvió de cama/

que el que nace para humilde/

sobre las piedras descansa./

Caridad, benevolencia/

rectitud, justicia y gracia/

dijo Juan de Dios que nunca/

faltarían en esta casa./



En aqueste mismo sitio/

el Santo pintó una espada/

dando a entender que defiende/

al que con celo le llama./

Aquí y por todo el orbe/

¡Oh Juan! Tu virtud se ensalza/

Oye propicio esta obra/

Pues tanto a los pobres amas/.
Zaguán de la Casa del Poyo, en 1948, con el famoso banco en que solía descansar San Juan de Dios. Se ve el altar, el cuadro y las dos octavas colocadas hacia 1622-26 con motivo de su beatificación. TORRES MOLINA/AHMGR.
Estado del zaguán de San Juan de Días en una visita turística reciente, con paredes desconchadas.

En 1987, por ejemplo, no figuraba ningún Ágreda en la guía telefónica; actualmente el INE tiene localizadas sólo a once granadinos con el primer apellido Ágreda y seis con el segundo. Y en Soria, su origen, quedan solamente 19

La prolífica saga de los Ágreda del Renacimiento se fue agotando con el paso de los siglos. Hasta perderse la rama principal de Granada. A finales del siglo XIX se podían contar con los dedos de las manos los granadinos que se apellidaban Ágreda. En 1987, por ejemplo, no figuraba ningún Ágreda en la guía telefónica; actualmente el INE tiene localizadas sólo a once granadinos con el primer apellido Ágreda y seis con el segundo. Y en Soria, su origen, quedan solamente 19.

A finales del siglo XIX la casa estaba cedida a Maximiano Fernández del Rincón y Soto Dávila (1835-1907), canónigo de la Catedral y luego obispo de Teruel. Fue el cofundador de la Congregación de las Hermanas de la Presentación de la Virgen María de Granada (12 de octubre de 1880). También ocupó el cargo de senador por la provincia. La otra cofundadora fue la monja clarisa Teresa de la Asunción Martínez Galindo.

Teresa de la Asunción y Maximiano Fernández del Rincón.

En el año 1940, semiabandonado, lo compró el alcalde Gallego Burín para la ciudad. Lo destinó a colegio-orfelinato y lo cedió a la Asociación Granadina de la Caridad

A principios del siglo XX fue adquirido el edificio por particulares que pretendían reconvertirlo en corrala de viviendas; había demanda por los desalojados de las obras de Gran Vía. En el año 1940, semiabandonado, lo compró el alcalde Gallego Burín para la ciudad. Lo destinó a colegio-orfelinato y lo cedió a la Asociación Granadina de la Caridad (1942). Lo bautizaron como Colegio Divina Infantita, regentado por las monjas de esta orden. El Ayuntamiento adquirió algunas casillas alrededor para ampliar las instalaciones.

Con el uso colegial vino manteniéndose hasta el año 2005 en que fue redescubierta su propiedad pública por parte de los gestores municipales.

La otra casa de enfrente que tuvo íntima relación con la familia Ágreda ─el convento y capilla de Santa Inés─ cerró a mediados del siglo XX como comunidad de monjas. Dentro permanecen olvidados y ocultos a la visita los enterramientos de esta poderosa y famosa familia que se asentó en lo mejor de la ciudad del siglo XVI.

Visita del alcalde Gallego Burín a llevar regalos a los huérfanos en 1948. T. M./AHMGR.
Instantáneas de las niñas en los dos patios del colegio y en el comedor, en 1948. T. M./AHMGR.

2005: Empieza la época más convulsa

La historia más reciente y convulsa del palacio de los Ágreda comenzó hace justo veinte años. El Partido Popular había conseguido el gobierno del Ayuntamiento con mayoría absoluta. Lo presidía José Torres Hurtado. Era concejal y teniente todopoderoso Luis Gerardo García-Royo. Las arcas municipales estaban tan vacías como siempre. O más. Llegaron con muchos proyectos y poco dinero.

Mientras vivió aquel alcalde iba muy a menudo a llevarles merienda a las niñas y a retratarse con ellas. Incluso adquirió casas alrededor para ampliar el colegio-asilo. Luego quedó olvidada la institución durante casi medio siglo

Era gerente de la Fundación Albayzín Juan Manuel Segura. En una actualización de las propiedades municipales en el distrito del Albayzín redescubrió que la Casa Ágreda era de propiedad municipal. La había adquirido el alcalde Antonio Gallego Burín en 1940; la dedicó a orfelinato y encomendó su gestión a las monjas de Divina Infantita. Mientras vivió aquel alcalde iba muy a menudo a llevarles merienda a las niñas y a retratarse con ellas. Incluso adquirió casas alrededor para ampliar el colegio-asilo. Luego quedó olvidada la institución durante casi medio siglo.

La madre Belén Bergarejo y el concejal García-Royo, en su primer encuentro para negociar el desalojo del edificio, en 2005. JUAN FERRERAS.

Las monjas se resistieron a abandonar la que era su casa desde 1940. Pero acabaron aceptando. El lugar elegido para trasladar el colegio sería unos terrenos entre las carreteras de Jaén y Maracena, la Casería de la Merced, propiedad de la familia Giménez Yanguas

El concejal García-Royo tardó tres segundos en visitar a Belén Bergarejo, la directora del colegio, para interesarse por la situación del edificio. También se desplazó una superiora desde Canarias. Era evidente que tenía infinidad de carencias para acoger a una población de 80 niños y al profesorado. El representante municipal les ofreció un nuevo edificio a las afueras de la ciudad, más moderno y adecuado. Iban a ser desalojadas irremisiblemente. Era agosto de 2005. Las monjas se resistieron a abandonar la que era su casa desde 1940. Pero acabaron aceptando. El lugar elegido para trasladar el colegio sería unos terrenos entre las carreteras de Jaén y Maracena, la Casería de la Merced, propiedad de la familia Giménez Yanguas. Allí se estaba diseñando el nuevo barrio de Albayda. Aquella quintería era de las pocas antiguas casas de campo, con bodega incluida, que todavía se podían llamar así. El hiperactivo concejal de Urbanismo, aprovechando que era alcalde sustituto veraniego, presentó el nuevo proyecto de colegio Divina Infantita. El edificio ocuparía 18.000 metros de parcela, con amplias zonas verdes, y tendría un coste de 2,5 millones de pesetas. Se afrontaría con cargo a compensaciones urbanísticas de los promotores de la zona.

Pero ya en diciembre de 2005 saltó la primera sorpresa: nada de habilitarlo para Museo de la Ciudad. Ahora se incluía en el listado de edificios municipales infrautilizados y se pondría en venta

El gobierno de Torres Hurtado tenía varios planes para la Casa Ágreda, próxima a quedar desocupada. Se empezó a barajar la idea de Museo de la Ciudad. La oposición del PSOE aprovechó para denunciar que era uno de los principales edificios de propiedad municipal que estaban en peligro de ruina.

Pero ya en diciembre de 2005 saltó la primera sorpresa: nada de habilitarlo para Museo de la Ciudad. Ahora se incluía en el listado de edificios municipales infrautilizados y se pondría en venta. Igual que la Casa Rey Soler y la antigua sede de Cultura en Cuesta de Santa Inés.

Casería de la Merced, nuevo colegio Divina Infantita al que trasladaron los niños. Una antigua quintería de los Giménez Yanguas; el lagar ha dado paso a capilla y bajo los pasillos se encuentran incrustadas las antiguas tinajas del vino.

En julio de 2007, el colegio de Casería de la Merced estaba acabado y las monjas podrían llevarse a sus niños. Una rapidez y efectividad nunca vista en Granada.

Sorprendió la rapidez con que el Ayuntamiento inició la construcción del nuevo colegio en la Casería de la Merced (finales de marzo de 2006), nada habitual en una ciudad en que los proyectos se eternizan. Y para el presupuesto municipal de 2007 se incluyó una partida de 2 millones de euros para empezar a arreglar los tejados de Casa Ágreda, lo más urgente. Llegó la campaña electoral de 2007; el Partido Andalucista (por boca de su candidato Fernando Egea, posterior afiliado al PP y delegado dimisionario de Cultura) tuvo la ocurrencia de proponer que fuese dedicado a museo de aromas de Al-Ándalus. En julio de 2007, el colegio de Casería de la Merced estaba acabado y las monjas podrían llevarse a sus niños. Una rapidez y efectividad nunca vista en Granada.

El concejal Gerardo García-Royo había sido defenestrado por sus compañeros del PP. No repitió mandato. La nueva mujer fuerte del urbanismo granadino pasó a ser Isabel García Nieto a partir de 2007. En el nuevo gobierno había entrado como concejala de Turismo la actual alcaldesa, María Francisca Carazo. En diciembre de aquel año el Ayuntamiento retomó la idea de poder iniciar su rehabilitación (Que no se materializó hasta 2008 con fondos del plan anticrisis de Zapatero). Poco tiempo después, el Partido Andalucista vuelve a la carga: era el sitio ideal para instalar los restos de la plaza de toros del Triunfo y hacer un museo taurino. En tanto que Izquierda Unida mantenía la primigenia idea de Museo de la Ciudad.

El gobierno municipal decidió que ni aromas ni toros, la Casa Ágreda se pondría en venta de una vez e iniciaría el proceso de cambio de uso. Lo mejor sería venderla para un hotel, al igual que otros dos edificios municipales

Seguíamos en julio de 2008. El gobierno municipal decidió que ni aromas ni toros, la Casa Ágreda se pondría en venta de una vez e iniciaría el proceso de cambio de uso. Lo mejor sería venderla para un hotel, al igual que otros dos edificios municipales. La oposición (PSOE e IU) se opusieron. La concejala Lola Ruiz Doménech (IU) criticaba que la ciudad se iba a convertir en un “todo a cien”. Desde los dos partidos de la oposición se instigó un movimiento ciudadano para evitar que se vendiera la Casa Ágreda.

Llegó diciembre de 2008 y nadie se interesó por comprarlo; había llegado una profunda crisis económica y especialmente al sector de los hoteles, algunos de los cuales cerraron y otros cambiaron de manos

El PSOE local también movió hilos en su gobierno socialista de la Junta. Desde Sevilla enviaron una carta al Ayuntamiento de Granada informando al PP de la prohibición de vender edificios municipales para hoteles. El Ayuntamiento le respondió proponiendo la permuta del Banco de España de la Gran Vía por Casa Ágreda para la Fiscalía. La Junta rechazó el cambio. De todas formas, el edificio estuvo en venta para hotel. Pero llegó diciembre de 2008 y nadie se interesó por comprarlo; había llegado una profunda crisis económica y especialmente al sector de los hoteles, algunos de los cuales cerraron y otros cambiaron de manos.

Uno de los abrazos ciudadanos al edificio para protestar contra su venta para hotel. IDEAL.

El Ayuntamiento le pidió 6 millones, la oposición vio bien la propuesta, pero el rector González Lodeiro rompió las negociaciones que mantenía con el Ayuntamiento sobre el traspaso de la Residencia Fernando de los Ríos y la Casa Ágreda

De todas formas, varios colectivos sociales continuaron con sus medidas de protesta ante la venta de la Casa. Unos centenares de personas abrazaron el edificio de manera simbólica en protesta por la venta. Manejaron un proyecto del arquitecto José Miguel Castillo Martínez que cifraba en 2 millones de euros las necesidades para rehabilitarla. Aquella falta de interés de la industria hotelera ─debido a la crisis─ fue aprovechada por la Universidad: dijo que estudiaba comprar la Casa Ágreda para instalar un Centro de Estudios Orientales. El Ayuntamiento le pidió 6 millones, la oposición vio bien la propuesta, pero el rector González Lodeiro rompió las negociaciones que mantenía con el Ayuntamiento sobre el traspaso de la Residencia Fernando de los Ríos y la Casa Ágreda.

2015: Malvendida a una ONG extranjera

La Casa Ágreda pareció caer en el olvido durante unos cuantos años. Hasta principios de febrero del año 2015. De pronto saltó la sorpresa: una desconocida ONG, llamada Federación Internacional para el Desarrollo (AIDE), con sede en París, se había interesado en comprar la Casa Ágreda. Decía que iba a darle un uso social y cultural. Alguien del equipo de gobierno del PP había estado negociando con ellos: sería una concesión por 40 años, con una inversión para rehabilitarla de 4,9 millones de euros con fondos indefinidos. Una especie de alquiler con opción de compra dilatada.

Aquello no olía bien. No se conocía quién había detrás de la ONG. Se hizo correr el rumor de que estaba respaldada por casa real de Marruecos, que deseaba instalar una sede para mujeres maltratadas en España

Aquello no olía bien. No se conocía quién había detrás de la ONG. Se hizo correr el rumor de que estaba respaldada por casa real de Marruecos, que deseaba instalar una sede para mujeres maltratadas en España. Y que se había interesado también la casa real española. Ante aquella nebulosa, hasta la oposición se tragó el anzuelo y asintió tácitamente. El 6 de marzo de 2015, la junta municipal de gobierno adjudicó la Casa Ágreda a la ONG misteriosa; le dio de plazo dos años para iniciar las obras de rehabilitación y le pidió una fianza de 248.891 euros. AIDE Federatión parecía haber conseguido la propiedad en un santiamén, sin apenas oposición de nadie en Granada. Los nuevos propietarios se comprometieron a desvelar pronto en qué consistiría su proyecto: antes de tres años (2018) sería un centro social y cultural para el Albayzín. Las escrituras fueron firmadas el 24 de junio de 2015.

El primero, muy ruidoso, consistió en la movilización ciudadana contra la privatización y el oscurantismo de la histórica Casa Ágreda.

Cuando se conoció la venta, se registraron dos movimientos. El primero, muy ruidoso, consistió en la movilización ciudadana contra la privatización y el oscurantismo de la histórica Casa Ágreda. Exigían al alcalde que devolviera su uso a los granadinos. Ya por entonces empezaba a rumorearse que la ONG de París en realidad era la tapadera de un oscuro proyecto de capital privado marroquí. Los ciudadanos argumentaban que se les había regalado el edificio. Se creó la plataforma en defensa del patrimonio histórico. Acusaban directamente al alcalde de regalar la Casa a Marruecos. Se recogieron firmas en www.change.org

Ampliación de la cabeza de Diego de Ágreda y escudo colereado del apellido. JAVIER HERNÁNDEZ.

La Casa Ágreda se había convertido en otro centro de batalla política en la ciudad de Granada

El segundo movimiento, silencioso, lo protagonizaron altas esferas del PP y del CNI. Se deseaba aclarar qué y quiénes había detrás del proyecto, ya que se había implicado a dos casas reales. La Casa Ágreda se había convertido en otro centro de batalla política en la ciudad de Granada. Los colectivos seguían defendiendo que se hiciera de una vez el Museo de la Ciudad; llamaron racista al alcalde; en tanto que éste garantizaba la legalidad de la ONG que iba a gestionar el edificio en el futuro. La oposición (IU y PSOE) presentó una moción tratando de paralizar la venta; pero llegaron tarde, la operación había sido cerrada y escriturada meses antes. No se podía revocar la venta. Representantes municipales y de la UGR viajaron a Marruecos a participar en la I Semana Hispano Marroquí; durante aquella cuchipanda dijeron que iban a definir el proyecto de Casa Ágreda.

El asunto se judicializó a partir de ese momento. Desde el gobierno local se decía que tenían la conciencia tranquila; pero desde el PP provincial y de Sevilla dejaban caer que no tenían esas mismas apreciaciones

Segundo movimiento. Ya por entonces empezaron a extender rumores en el PP de Granada de que el asunto era un changüí de uno de sus concejales en el Ayuntamiento. Que les iba a acarrear problemas futuros. En diciembre de 2015, varias personas del colectivo ciudadano recurrieron al abogado Fernando Berbel para que presentara denuncia contra el Ayuntamiento por la venta. Paralelamente, la Fiscalía abrió una investigación sobre la legalidad de la cesión de la Casa. El asunto se judicializó a partir de ese momento. Desde el gobierno local se decía que tenían la conciencia tranquila; pero desde el PP provincial y de Sevilla dejaban caer que no tenían esas mismas apreciaciones.

2016: Anulada la venta y proceso judicial

A principios de 2016 (18 de febrero) la Junta impulsó la declaración de bien de interés cultural (BIC) para complicar la venta. Muy pocas semanas después (18 de abril), desde dentro del PP fue dinamitado su propio gobierno municipal: arrojaron por la ventana al alcalde José Torres Hurtado y propiciaron un cambio de gobierno. Entró como nuevo alcalde el socialista Paco Cuenca. Tan sólo dos semanas después de tomar posesión, Cuenca rescindió el contrato de venta de Casa Ágreda y recuperó la propiedad. Devolvería la señal a la ONG. El nuevo gobierno de partidos y partidetes coaligados dijo haber aprovechado un descuido de la AIDE en el cumplimiento de plazos. Se aprovechó para desvelar que la Casa Ágreda había sido vendida por 1,9 millones, cuando estaba valorada en 6,2 (más el coste de las obras). Continuó el expediente de resolución de contrato hasta dar carpetazo al asunto.

El proceso judicial continuó abierto varios años más tarde. Ya era indiferente, puesto que el motivo principal que lo movía era anular la venta. Y eso se consiguió con la resolución de Paco Cuenca

No obstante, todavía el proceso judicial iniciado por la Fiscalía y asumido por el abogado Carlos Castresana continuó adelante. Se intentaba demostrar que habían mediado delitos en aquel proceso de venta a la ONG. El proceso judicial continuó abierto varios años más tarde. Ya era indiferente, puesto que el motivo principal que lo movía era anular la venta. Y eso se consiguió con la resolución de Paco Cuenca. El punto final al juicio lo puso el Tribunal Supremo al confirmar una sentencia (julio de 2022) de la Audiencia Provincial de Granada de 2019: la Casa Ágreda volvía a ser de completa propiedad de la ciudad. Acababa uno de los episodios más negros de la política granadina reciente.

Portada manierista de la segunda mitad del XVI, una de las mejores con que cuenta Granada.

Se cumplen dos años ya sin que se haya dado un paso en ningún sentido

Los siguientes movimientos consistieron en encargar un proyecto de recuperación, adjudicado en concurso a un equipo de arquitectos de Madrid. Ya ha sido entregado al Ayuntamiento. Consiste en prepararlo como centro social-cultural de la ciudad. Esto tendrá que definirlo quien mande en el Ayuntamiento cuando se consiga dinero para ello; no sabemos cuándo le tocará el turno. Se están tanteando fondos europeos, pero no se tienen noticias de que se hayan conseguido. Nada más regresar el PP al gobierno de la ciudad, la alcaldesa declaró que lo iba a dedicar a museo de la ciudad y a sede de la Colección Ajsaris. Se cumplen dos años ya sin que se haya dado un paso en ningún sentido.

De seguir adelante con este proyecto no es descartable que la sociedad civil tenga que recurrir a abrazar de nuevo el edificio para impedir su desnaturalización en el contexto histórico y artístico que le rodea

Lo que sí circula en entornos culturales y de patrimonio granadinos son bastantes disconformidades con la propuesta ganadora para su rehabilitación. Por demasiado agresiva, porque pretende eliminar el tradicional zaguán-capilla de San Juan de Dios, afectar a la que se considera una de las mejores portadas de la ciudad, también reharía la fachada que da a la calle San Juan de los Reyes y presenta exceso de cristalería. De seguir adelante con este proyecto no es descartable que la sociedad civil tenga que recurrir a abrazar de nuevo el edificio para impedir su desnaturalización en el contexto histórico y artístico que le rodea.

La realidad es que los responsables municipales no hablan claro sobre el uso que pretenden darle

La realidad es que los responsables municipales no hablan claro sobre el uso que pretenden darle. Últimamente los comentarios apuntan que a la alcaldesa no le gusta como sede museística; está empeñada en que el presidente de la Diputación le regale un edificio más vistoso y moderno (¿Banco de España o de Correos?) para dar la campanada y presentarlo como Museo de la Ciudad; otro plato fuerte que sumar a la candidatura a la capitalidad cultural europea 2031.

En fin, a ver si la Casa del Poyo deja de ser de una vez la Casa de los Pollos.

El tratamiento y mejora de imágenes son obra de Luis Ruiz Rodríguez.

INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA SOBRE EL PROYECTO GANADOR: