Gibson se pronunció de esta forma durante la presentación este martes de su último trabajo, 'Poeta en Granada. Paseos con Federico García Lorca' (Ediciones B), donde guía al lector por un recorrido literario que enlaza el enorme interés que despiertan la vida y la obra del poeta con el atractivo de la ciudad donde vivió la mayor parte de su vida y que le sirvió de inspiración.

 

A preguntas de los periodistas sobre la búsqueda de la fosa donde podría estar Lorca, opnió que el Estado debería "afrontar este problema" como lo ha hecho Alemania.

 

"Estamos en Europa, hay que hacer este trabajo porque es de justicia, nadie está buscando venganza", sostuvo, apelando a que se "termine la búsqueda sin odios", toda vez que se tra ta a su juicio "del desaparecido más famoso, más amado y más admirado del mundo". El hispanista insistió en que los restos de Federico podría yacer en el entorno del parque de la localidad de Alfacar dedicado al poeta, próximo al lugar donde lo fusilaron.

 

Gibson también se refirió a la situación que atraviesa el Centro Lorca de la plaza de la Romanilla, que lleva abierto dos meses sin que hasta el momento se haya depositado en sus dependencias el legado del poeta, constituido por casi 5.000 manuscritos originales del propio Lorca, 3.000 de otros autores, unos 50 dibujos de artistas contemporáneos como Salvador Dalí o Ismael de la Serna, además de archivo fotográfico y hemeroteca.

 

A su juicio, "no es esencial" que todos los fondos del poeta, actualmente depositados en la Residencia de Estudiantes de Madrid, tengan que estar en Granada, pues en la era de la digitalización se pueden investigar sin necesidad de que sean los "originales".

 

"Los papeles es casi lo de menos. Granada está en su obra, es su protagonista; sin Granada no hay Lorca y los papeles pueden estar en la luna con tal de que estén digitalizados", ha argumentado el investigador.

 

En su nueva obra Ian Gibson guía al lector en un paseo por los lugares y rincones más emblemáticos de la ciudad y su entorno al tiempo que va iluminando la relación del genial poeta con cada uno de ellos.

 

El autor evoca en estas páginas la infancia del escritor en la Vega de Granada, las visitas a la Alhambra en compañía de Manuel de Falla y las tertulias celebradas en sus cafés y tabernas preferidos. Recrea los aspectos del Albaicín que aparecen retratados en la poesía lorquiana y las cuevas del Sacromonte que inspiraron el 'Romancero Gitano'.

 

Todo ello sin olvidar las costumbres, coplas o leyendas que Lorca trasladó de la tradición granadina a sus creaciones tanto líricas como teatrales.