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clausura del festival Granafolk

Lorca en Familia: La semilla del poeta

Cultura - JTG - Lunes, 19 de Mayo de 2025
Una crónica diferente del concierto de José Antonio García y los Garabatos, junto al Coro de Cámara de Granada.
Momento del concierto.
Momento del concierto.

El rock siempre ha estado cercano a la poesía de Federico García Lorca, bandas como Marea o Extremoduro le han cantado, por supuesto Lagartija en el ‘Omega’ o Manolo Tena al final de su vida, y también ha sido citado por bandas como The Clash o los Pogues. En Granada, Raúl Alcover hizo un gran disco de 'pop de autor' con sus poemas, y José Antonio García con los Garabatos aún tienen en escena ‘Reyerta’ (el día 4 de junio se repone en el Generalife). Y son estos últimos en connivencia con el Coro de Cámara de Granada de Jorge Morata los que han regresado sobre el poeta de Fuente Vaqueros con un perfil nuevo: ‘Lorca en familia’, destinado a chicos y grandes, sobre todo a los primeros. Un público que trabaja también Manuel Mateo con su deliciosa charla-concierto ‘La Maleta de Federico’. 

Contaba García que de pequeño su madre le leía poemas de Lorca, y ese recuerdo de infancia ha brotado ahora, en un pequeño libro con sus escritos para niños, ilustrados por el propio cantante. Idea desarrollada posteriormente por el mismo equipo de ‘Reyerta’ para subirla a un escenario y grabarla en un próximo disco. Ese ‘Lorca en familia’ se estrenó este fin de semana en el Teatro Isabel la Católica cerrando el programa de festival Granafolk. 

En esta segunda entrega de la experiencia lorquiana de García, Garabato y las voces de Morata (con la bajista Teté Sendín como invitada), las canciones y su presentación buscan la complicidad de los oídos más tiernos. Descomprimen la música para ser más amable e invitan a la participación con estribillos muy compartibles. Con semejante objetivo han acudido a ritmos asequibles, como el rocanrolito suave de ‘El lagarto está llorando’ o el saltarín reggae que acompaña a ‘Caracola’. Todo redimensionado catedraliciamente con las más treinta voces del coro, proporcionando fondo, profundidad y altura a lo escuchado. Metidos en faena Morata se descubrió como un animoso y divertido conductor, acompañando a los espontáneos (supongo) comentarios dialogados de García y Nico, en ocasiones cargados de recuerdos: "El poema ‘Canción tonta’ me lo leía mi madre; se la leí yo a mi hija, y ahora se lo lee ella a mi nieta", como dijo emocionado el cantante al presentarla. 

Lo suyo hubiera sido terminar subiendo a la chavalería al escenario, pero dada la complejidad técnica de la instalación, y la física del teatro, la seguridad de los infantes primó sobre lo deseable; a cambio sí bajaron ellos al patio de butacas para, rodeados de chicos, poder cantarles alguna canción con más cercanía. 

Al final, todos felices, y los libros firmados volaron. Con seguridad, como le sucedió a José Antonio García, alguno de los ‘locos bajitos’ que le escucharon leerá poemas de Federico a sus hijos, y ellos a sus nietos… De eso se trata.